En la década del 2000, las personas salvadoreñas LGBTI+ sortearon un proceso de visibilidad social forzada, no procurada por ellas, en un primer momento, pero que desembocará en fisuras de las paredes de los «armarios» a los que se había entrado en la década de 1990. Esta visibilidad conllevará a que el «arcoíris» se tome monumentos, patios, plazas, pórticos, calles, columnas de periódicos y blogs en internet para combatir la reforma constitucional discriminatoria que pretendió que el matrimonio civil fuera únicamente entre un hombre y una mujer «así nacidos».
Paralelo a lo anterior, en este periodo de tiempo existió una diversificación de estructuras organizativas de personas LGBTI+. Hombres gay procuraron tener otras opciones organizativas y de incidencia política. Las mujeres lesbianas consolidaron una agenda política desde la autonomía, el separatismo y el feminismo. Las organizaciones trans lograron estabilizar sus procesos organizativos. La Asociación Entre Amigos sirvió de incubadora para diversas organizaciones que nacieron en este periodo histórico. Conectado a lo anterior, observaremos una modificación abrupta de la agenda política del movimiento de disidencia sexual y de género que tuvo que traspasar de la redistribución económica al reconocimiento de derechos, al fragor de las aprobaciones y ratificaciones de las reformas constitucionales discriminatorias.
El mes de junio, y sobre todo la última semana de ese mes, se transformó en palco para los procesos de visibilidad política. Entre el 21 y el 28 de junio de 2003, se organizó la semana «Deberes Ejercidos, Derechos Compartidos...Viva la Diversidad Sexual», el cual incluyó un encuentro de softball, una misa de acción de gracias en solidaridad con las personas asesinadas por su orientación sexual, un convivio en el Centro Penal de Sensuntepeque con compañeros gays privados de su libertad, un panel foro testimonial «Los Gays se atreven a contar su Historia Personal» y un Festival de Arte y Creatividad[13]. Una de las participantes en el Festival de Arte y Creatividad manifestó el sentido de reivindicación política de la marcha: «Este es el día en que podremos andar por las calles sin el temor de ser agredidas físicamente, diciéndole a la población que aquí estamos, que también somos seres humanos». La marcha de ese año tuvo como punto de salida El Ranchón de Metrosur y finalizó en la Plaza Gerardo Barrios, « cerca de seis pick up ataviados con globos y papeles de colores, formaban la comitiva ». El número de participantes fue catalogado en «decenas».
Las Marchas del Orgullo habían tenido una periodicidad anual, aunque con poca repercusión social. En ellas participaban a lo máximo 300 personas que atravesaban «[...] las principales calles de San Salvador en medio de abucheos»[14]. No obstante, esto no disminuía el objetivo de visibilidad social que la marcha provocaba: «la actividad es un pronunciamiento en contra del monstruo del estigma y la discriminación, y que quieren hacer ver a la sociedad que estos grupos de personas tienen los mismos derechos que el resto de la población»[15]. Incluso sirvió como medio de solidaridad con personas de la disidencia sexual de otros países centroamericanos como el caso de Honduras, en donde 100 personas de ese país acompañaron la marcha del año 2004.
En el marco de la realización de la Marcha de 2005, Omar Baños explicó, en una columna publicada en el periódico virtual El Faro, el significado de la frase de «orgullo gay», la cual era interaccionada como estandarte político en las marchas, incluso que les dio nombre a varias de ellas.
El orgullo gay es, entre otras cosas, celebrar lo que uno es y llegar a la convicción propia para poder defender lo que uno es en ambientes homofóbicos, violentos y hostiles. Sin orgullo no podemos reivindicar lo sublime de ser seres humanos con una determinada identidad sexual que históricamente ha sido ultrajada por todas las sociedades. Sólo con orgullo podemos lograr reclamar públicamente las atrocidades que se cometen contra las minorías sexuales.
Además de ser un posicionamiento pedagógico que tenía como objetivo educar a las personas sobre la existencia de las personas LGBTI+ y las violencias a las que están expuestas, ese texto fue una forma de confrontar la arremetida de grupos antiderechos y políticos ultraconservadores que habían dado el primer paso para prohibir el matrimonio civil y la adopción para parejas del mismo sexo, por medio de una reforma constitucional discriminatoria para modificar los artículos 32, 33 y 34 de la Constitución. En el año 2005 la reforma fue aprobada. Ante la posibilidad de ratificación, en el año 2006 se organizaron diferentes actividades públicas como conferencias, talleres y la realización de la Marcha del Orgullo Lésbico-Gay el 24 de junio de 2006, dejando claro su postura de repudio a la reforma[16].
En concordancia a su apuesta política lesbofeminista de visibilidad y denunciar las violencias múltiples por ser mujeres y lesbianas, en el año 2007 Las Dignas emitió una Declaratoria de las lesbianas de El Salvador, en el marco de las acciones de celebración del 28 de junio, titulada ¡Estamos aquí, somos muchas![17]
La rígida cultura sexual de El Salvador no sólo hace inimaginables a las mujeres lesbianas, sino que socialmente nos hace invisibles. En medio del silencio y sin memoria escrita, no podemos más que concluir ahora que las mujeres lesbianas en nuestro país hemos estado durante la mayor parte de la historia casadas -con hombres- o «acompañándose» unas a otras, sin espacios sociales ni opciones económicas para vivir nuestras preferencias abiertamente.
Esta naturalización de la invisibilidad social del lesbianismo está basada, en primer lugar, en que las mujeres lesbianas seamos doblemente discriminadas, como mujeres y como lesbianas. En segundo lugar, en la lesbofobia internalizada que atraviesa todos los espacios y ámbitos de la vida de los y las salvadoreñas y que se refleja en la discriminación y violencia por ser una orientación sexual diferente a la heterosexual.
Esta declaratoria condensó la política-sexual que se estaba promoviendo por medio de la articulación de un grupo lésbico La Casa de Safo al interior de Las Dignas. Shamana, una mujer lesbiana que participó en la marcha de 2007, resguardo lo siguiente:
El pasado 30 de junio de 2007 nos reunimos todos en el «Monumento al Salvador del Mundo» de San Salvador, de donde partimos hacia las 4:00 de la tarde, con destino a la plaza Libertad, frente a Catedral Metropolitana. No éramos muchos, ni fue una marcha de gran convocatoria como lo es en otros países, pero como decimos en trabajo comunitario: con uno que llegue nos damos por satisfechos. Desconozco las razones por las cuales no llegó tanta gente como el año pasado, pero no importa. Lo importante era decir acá estamos y estamos en todas partes. Un desfile lleno de colorido y alegría paso por una de las avenidas más importantes de la capital, mostrando al mundo que estamos orgullosos de lo que somos y que no nos avergüenza salir a la calle a gritarlo a los cuatro vientos. Caminamos mucho, bastante, como nunca había caminado en mi vida, por supuesto quienes predominaban era el grupo gay, es decir, los chicos vestidos y bien coloridos. Lesbianas nos contábamos con los dedos de las manos, pero no importaba porque San Salvador vio mujeres besándose y tomadas de la mano en sus calles, cosa que, lastimosamente, solo se ve el día de la marcha del orgullo gay.
La pequeña crónica escrita por Shamana es muy interesante, porque resguarda información de diferentes temáticas. En primer lugar, se informa que el trayecto de la marcha de ese año fue desde El Salvador del Mundo hasta Catedral Metropolitana, aunque existe un error al nombrar el Parque Barrios o Plaza de Armas, como el Parque Libertad. Este trayecto indica un proceso de reivindicaciones políticas de las disidencias sexuales y de género. El segundo elemento para destacar es la queja de la exigua participación de personas en la Marcha de ese año. Esto se puede deber a que, en el año 2006, al fragor de la ratificación de la reforma discriminatoria hubo mayor interés político en su participación, que en la marcha de 2007 que no se enmarcó en ese proceso de protesta. Como tercer punto a destacar se encuentra el predominio de hombres gay en la marcha y poca visibilidad de lesbianas, sin embargo, marcaron su presencia por medio de besos y tomadas de la mano. Aunque dichos actos de afecto en público, únicamente se podían realizar una vez al año.
Para contravenir la poca presencia de mujeres lesbianas en la Marcha y el dominio hegemónico de hombres gay, en el año 2008 se realizaron dos acciones políticas críticas ante esos hechos. En el marco de las celebraciones del 28 de junio se promovió el Primer Foro: Lesbianas… de lo privado a lo público y se emitió un nuevo comunicado que expresó: «Este 28 DE JUNIO, DÍA DEL ORGULLO LÉSBICO Y GAY sea una oportunidad para tomar la palabra, en un día de reconocimiento, de celebración, de reafirmación, de visibilidad, de un estar presentes colectiva y públicamente».
En este marco de reafirmación y visibilidad contrahegemónica lesbofeminista se realizó la «Primera Caravana Lésbica: Los colores toman vida», en el contexto de las celebraciones del 28 de junio de 2008. La Caravana Lésbica fue una acción tanto de crítica y de protesta contra la celebración de la Marcha del Orgullo por considerar que se había transformado en una «acción comercial»[18] más que de protesta contra el sistema heterosexista, el machismo y el patriarcado que afectan de múltiples formas a las mujeres lesbianas más que a los hombres gay. En esta acción mostró la agenda político-sexual de separatismo y autonomía de las lesbianas organizadas, que se puede condensar en el concepto de rebeldía lésbica. La realización del Foro y la caravana lésbica mencionados anteriormente surgieron desde las propuestas políticas lesbofeministas de reivindicar la autonomía del cuerpo de las lesbianas, el insumiso derecho al placer y al libre ejercicio de la sexualidad.
En esa misma época en ciudades fuera del área metropolitana, los concursos de belleza trans denominados como «Miss Gay» fueron espacios políticos que se utilizaron para deconstruir los estereotipos negativos respecto a las identidades trans. Este tipo de eventos se han logrado documentar desde finales de la década de 1970 en el área metropolitana de San Salvador. En esta oportunidad, en las ciudades de Santa Ana, Sonsonate, La Unión, Aguilares, San Miguel y Usulután se registró el desarrollo de concursos de belleza desde el año 2004. En el caso del Departamento de Usulután, se tiene conocimiento de la realización de concursos bufos en las fiestas patronales de varios municipios que emulan los denominados «Miss Gay» bajo el nombre de «Coronación de la Reina Gay». Este concurso bufo consistía en el travestismo de hombres heterosexuales que competerían en la realización del mejor performance femenino. Aunque este tipo de concurso promueve la defensa de las fronteras de la heterosexualidad, se debe de reconocer que fue una fisura que abrió la posibilidad de experimentar el traspaso de las fronteras del género para algunos de sus participantes para manifestar de forma pública su orientación sexual o identidad de género de forma velada sin ser objeto de agresiones. Esta temática, por sus complejidades se debe de investigar con mayor profundidad.
En medio de ese contexto adverso creado por la aprobación y ratificación de las reformas constitucionales discriminatorias en 2009 y aun sabiendo sobre la existencia de amenazas de bomba para impedir la realización de la Marcha[19]; se efectuó un traspaso simbólico de la Asociación «Entre Amigos» a la Alianza por la Diversidad Sexual LGBT para organizar la Marcha. Pese a todas las dificultades, la otrora Marcha del Orgullo Lésbico-Gay salió a las calles de San Salvador con su nuevo nombre Marcha por la Diversidad Sexual, asumiendo el lema El Salvador inclusivo y diverso para manifestarse en contra de las pretendidas reformas. Esta Marcha contó con una participación de un aproximado de 3,000 personas, con lo cual da apertura a un periodo de participación multitudinaria que año con año se incrementará a partir de esa fecha.
La Marcha de 2009 en su aspecto más simbólico significó mostrar que ya no se tenía miedo de la homofobia institucional que se concretiza en crímenes de odio: «Más allá de exigir dignidad y respeto que se realizaban en todas las marchas, esta tiene un carácter de denuncia contra la discriminación que se estaba institucionalizando al interior de la Asamblea Legislativa»[20]. Representación de cachiporristas, indígenas, matrimonios y cruces con los nombres de asesinados por crímenes de odio fueron los elementos más visibles. Al momento de pasar por Metrocentro se ejecutó el Beso Rosado, bajo la consigna: «En todo aquel centro comercial que nos maltraten que esperen, llegaremos a darnos un BESO ROSADO…» A nivel político esta Marcha cuestionó a la sociedad homofóbica, visibilizando el maltrato a las lesbianas, la lucha de las trabajadoras sexuales, los derechos de las personas con VIH+, la discriminación, el respeto y la dignidad que todo ser humano posee independientemente de su orientación sexual, identidad o expresión de género. Su finalización fue en la Plaza Gerardo Barrios. Al momento que la noche se estaba haciendo presente, el tenor de reivindicación política que se manifestó en las calles que transitó la marcha, al momento de su llegada a la Plaza, fue dando paso a la música estridente del «perreo», se bailó y gritó: «hoy es el día de la libertad y esperemos que mañana no haya más personas muertas».
[13] Comisión Internacional de Derechos Humanos para Gays y Lesbianas (IGLHRC). Resumen GLTBI América Latina y el Caribe 2003. IGLHRC: Nueva York, 2004.
[14] Azucena, M. «Conmemoran día del orgullo gay». La Prensa Gráfica, 29 de junio de 2003, p. 37.
[15] Velásquez, E. «Marchan en la capital demandan tolerancia». El Diario de Hoy, 27 de junio de 2004, p. 14.
[16] Urquilla, K. «Campaña en iglesias contra las bodas gay». El Diario de Hoy, 25 de junio de 2006, p. 10.
[17] Mujeres por la Dignidad y la Vida (Las Dignas). Declaratoria de las lesbianas de El Salvador, 2007. Disponible en: http://boletinadignas-posicionamientos.blogspot.com.br/2007/08/
[18] Jones, M. «Lesbianismo en Centroamérica y el Caribe». Revista Lesbitgay, nº 2, 2015, p. 8.
[19] Asociación Salvadoreña de Derechos Humanos «Entre Amigos». 2010. La situación de los Derechos Humanos de las personas lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgenero en El Salvador. Informe Alterno sometido al Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. San Salvador: Entre Amigos.
[20] Melgar, R. «Marcha por el respeto a la diversidad sexual «El Arco iris se tomó las calles»». La Orbe, nº 6, agosto-2009, pp. 10-11.
PRIMERA PARTE: Retando al estigma: 25 años de la Marcha por la Diversidad Sexual en El Salvador