7. Locativos derivados de partes del cuerpo
Este mismo atributo sucede en castellano al emplear "estar a la cabeza" por "encima o arriba", así como al "pie", "abajo"; "al costado de costilla", "el ojo al frente", etc. El estómago nombra el interior; la espalda (back), el atrás; la boca, la entrada, etc. (véase (4) donde el inglés utiliza "head, cabeza" para llamar al verbo, núcleo o centro rector de la oración, i.e., "head of the department"). Náhuat: -ix/ish-pan, enfrente/-ojo-locativo; -nakas-tan, al lado de, -oreja-locativo; en poqomam: -wach, cara/enfrente, -paam, estómago/adentro.
En el náhuat de Mecayapan, este par mínimo ejemplifica el paso de la parte del cuerpo, -tepots/espalda, al locativo: kualo-ø no tepotz, duele mi-espalda/me duele la espalda vs. ni--k-mik-ti-h se ko:wa:' kal-tepotz-tah, yo-la-morir-causé/maté una culebra casa-espalda-locativo/maté una culebra atrás de la casa.[21]
Zapoteco: lè=mé´ b-dèd rò blié', pasaron por la cueva = son-ellos pasaron boca cueva + lèn yü/lidzg/sák/bót = estómago/dentro-de casa//cárcel/costal/botella
Ch'ortí': -ut, ojo/semilla; u'-ut, su-ojo/semilla; ut e cho, entrada de la milpa; ut k'in, cielo/entrada del día. Igualmente sucede en el mam, otro idioma maya, en el cual "twitz, enfrente de, cara; twi, arriba, cabeza; t-tx'an', al borde de, nariz", etc.[22]
8. Afijos absolutivos
Se trata de la terminación de los sustantivos en náhuat(l) —taka-t(l)— pero que no muestra una recurrencia en las demás lenguas mesoamericanas. Si a menudo se juzga sin una función gramatical concreta, es posible que sea doble. En primer lugar, indica el carácter predicativo de todo sustantivo simple que —según se describirá en (17) y (18)— forma una verdadera palabra-oración: "ø-takat/siwat, es-hombre/mujer". En segundo lugar, la terminación absolutiva define a la palabra-oración como una entidad en contraste con los topónimos y locativos.
Inédita en castellano e inglés, esta oposición establece el contraste entre "soy izalqueño" y "estoy (en) Izal-co", donde el sufijo -co/-ku originalmente marcaría el locativo mismo sin necesidad de una preposición: Cuzca-tlán/Kuxka-tan; Ahuacha-pan, etc. Por esta misma distinción —entidad vs. lugar— una oración como "Chachua-pa(n) celebra la fiesta patronal" se glosa "(en) Chalchua-pa(n) la gente celebra la fiesta patronal/hay fiesta patronal". Como nombre de lugar, el topónimo (T) no puede ocupar siempre la posición de sujeto que le corresponde a una entidad (E). Por simple lógica gramatical, "la entidad es; soy E"; "en el lugar se está; estoy (en) T".
Cacaopera: yalka-m idiwa-li, río-locativo/en bañar-pretérito-yo.
Zapoteca: là ná g-uèy ma´', la gente fue a Oaxaca = Oaxaca entonces fue gente.[23]
Náhuatl: ni-mexikatl vs. ni-chanti Mexico = soy-mexica vs. vivo (en) México.
9. Ausencia de plural en los nombres y diferentes plurales
Se recuerda que incluso una lengua romance como el francés pluraliza por medio de los números: "un chat, un gato"; "deux chats, "dos gato(s)", ya que las letras finales no se pronuncian; sólo visualizan la diferencia nocional. También, el plural puede multiplicarse según las distintas clases nominales que las clasifican de lo inanimado a lo humano y adulto. Parece que existe un enlace entre los clasificadores nominales (10) y la diversidad del plural. Xinca: te:nan jiru, mucho mono = monos, muchos monos = te:na-n jutu, mucho árbol = palos.
Náhuat:
sin plural nominal: ume tuchti
reduplicación: (laj)lala, naranjas
Humanos: -met/ -ket, (taj)taka-met vs. siwa-t-ket
10. Clasificadores nominales
Al enumerar personas u objetos, varias lenguas obligan a clasificarlas según varios criterios, tales como la materia, la forma, la animación (inanimado-vegetal-animal-humano), etc. A menudo, se distinguen los clasificadores numerales, modificadores nominales en una frase, de los mensurativos (unidades de medida), centro de la frase nominal. También es de notar que varias lenguas —como el náhuat— emplean diversas maneras de referir el plural según su clasificación: número + objeto inanimado (kashtul lala, quince naranja), reduplicación (laj-lala, naranjas), diversos sufijos con seres humanos (pil-tzin-chin, niños vs. taka-met, hombres, gente, taj-taka-met, hombres, siwa-t-ket, mujeres). Poqomam: wili ma' chaaj chii' q'aaq' = hay ceniza a la orilla del fuego = hay/existe la/clasificador ceniza boca fuego vs. sejli ch'un naq'ach nu-k'uum, mi pepita de ayote está limpia = limpia-estar la/clasificador pepita mi-ayote, donde "ceniza" y "pepita" no utilizan el mismo clasificador —femenino en castellano— por su obvia diferencia natural.
Una teoría reciente explica que el prolífico sistema de clasificación de sustantivos en las lenguas mayas de las "Montañas de Cuchumatán" —"noroeste de Guatemala"— "no se encuentran en otros grupos de la misma familia. La hipótesis sostiene que la influencia otomangue provoca este desarrollo en el chuj, q'anjobal, akateko, popti' y mam. Además de los "clasificadores de sustantivos", estos idiomas incluyen "clasificadores plurales" ("masculino, femenino, animal, madera, maíz/grano, vid, hierba/planta, tierra, piedra, líquido, tela, sal, lluvia, enfermedad, plástico, en chuj), así como "clasificadores numéricos" ("humanos, animales, plantas y cosas (inanimadas)", etc.). Esos "clasificadores nominales tratan de categorías "naturales". (esencia material como animal (no'), madera/árbol (te'), maíz/grano (ixim), tierra (tx'otxo'), piedra (ch'en), etc., en Popti'), y la mitad con "categorías sociales (estatus sociales...masculino (naj), femenino ('ix), respeto (ya'), etc.)". Chuj: "jukup', cuenco de madera; lum jukupo', cuenco de cerámica; k' en jukup', cuenco de metal/piedra; etc.".[24]
11. Incorporación nominal
Los objetos nominales de un verbo transitivo pueden incorporarse directamente a la raíz verbal para formar complejos verbales, tal cual ocurre en inglés: oilchange; babysitting, etc., i.e., yo hago tortilla (acción concreta) ≠ yo-tortilla-hago (ni-tlaxkal-chi:iwa, acción ordinaria). El náhuatl ofrece varios casos singulares en los cuales la posesión se relaciona a una parte del cuerpo, a un término de parentesco o a un sustantivo alienable. Por incorporación, se forma una palabra-oración compleja: "ni-mitz-ma:-papa:-k, te lave las manos, yo-te-mano-lavé" (Amanalco); "tesiwi-wetzi, cae granizo, granizo-cae" (Huasteca). Se presupone que la incorporación denota una actividad acostumbrada, es decir, un oficio tal cual "ni-xochi-teki, yo-flor-corto (Poeta)", donde "flor, xochit(l)/xuchit" establece un universal al relacionarse con "anthos, flor, poesía". En consonancia filosófica, el término "kotz'i'j, flor" en kaqchikel expresa también el concepto de "arte" por su florecer natural y su rito ceremonial, en un enlace de la creatividad humana y el entorno.[25] Sin embargo, el desdén de la filosofía salvadoreña por los idiomas indígenas rara vez establece un diálogo entre sus principios eurocéntricos descolonizadores y los conceptos artísticos de su territorio.
Esta "composición" da lugar a verbos intransitivos que expresan una "acción habitual" o un rasgo cultural: "ni-naka-kwa, yo-carne-como; soy carnívoro/comedor de carne"; o con verbo intransitivo, ni-yes-k:isa, yo-sangre-sale, sangro. Pero también otro compuesto sustantivo-verbo admite la marca de objeto: "ni-ne:ch-tzonkal-wila:n, yo-me-cabello-jalé/arranqué, me quedé calvo".[26] Como rasgo generalizado lo ejemplifica el idioma oluteco (popoluca de Oluta o yak'awü, "nativo-boca"). Su pertenencia a la familia mixe-zoque —trece (13) lenguas ergativas— certifica su antigüedad mesoamericana en la región Olmeca. En las dos siguientes oraciones, la doble incorporación nominal ilustran esa estructura habitual: tan=pu'pu-tzoy--tu:t'u=k le:ncho, le puse medicina a Lencho en su panza = mi-panza-medicina-puse Lencho (recuérdese que mi = yo en el idioma ergativo); tan=yox-e--tun-i kyy-jot-i, trabajo en el monte = yo-trabajo-hago palo-entraña-lugar.[27] Anticipando la siguiente sección, los miembros corporales forman verbos complejos al incorporarse a un predicado: 'aw-p:at, boca-alcanzar = besar; win-ka'tz, ojo-cortar = limpiar la milpa; natz-'ep, atrás-ver = espiar.
12. Incorporación de las partes del cuerpo
Se anota que las partes del cuerpo no representan sólo unidades anatómicas, sino adquieren un carácter filosófico singular. El ejemplo más sencillo y reconocido lo expresa el número "cinco (5)" en náhuat: ma(a)-kwi-l, "lo que se man-tiene", donde la aritmética se apoya en la mano (véase (3)). De igual manera, el "ojo, -ix" respalda el conocimiento visual "-ix-mati, saber ocular" y el "corazón, -yul" la creencia, "-yul-mati, saber cordial". Para el interés actual por la memoria histórica, se insiste en el enlace entre el recuerdo y la cordialidad que se guarda por los hechos y por las personas que se rememoran. Se reitera en que la incorporación de varias partes del cuerpo exhibe un salto epistémico de la anatomía hacia la filosofía, esto es, hacia la filiación (philos) íntima con el saber (sophos) de los idiomas maternos ancestrales. No en vano, con-memorar implica un enlace subjetivo —un "-yul-mati, saber cordial"— entre el presente vivo y el pretérito difunto. Desde la cordialidad corporal, el poqomam legitima que el recuerdo brota del latido corporal intenso —de la energía vital, "pan k'uxliis inchalik, viene del sentimiento = en/de sentimiento/corazón/cordialidad él-venir"— así como la vida misma consiste en "-k'ul-wach, -encontrar-ojo/cara", "encontrarse cara a cara con el mundo". Por su parte, la lengua ch'ol asocia el "corazón, pusik'al" —«tal vez par metonímico con "pus, vapor + ik', viento"»— remite a la "astucia": nio-uts-i-pusikal, realmente bueno es su corazón", así como a otros sentimientos.[28]
Zapoteca: b-iò' zdií' mén ká, estuvo en el corazón de esa persona = estuvo corazón persona esa. Por desgracia, la mayoría de las investigaciones lingüísticas se concentran en asuntos formales y desdeñan el enlace epistémico de los "predicados cognitivos, de creencia", etc. con las partes del cuerpo: "eeghle', creer", "al+ lha'zhè, olvidar", "nès+ d, saber", ghédin+ d, recordar (cuya raíz se olvida)", etc.[29] Sin embargo, en su evolución, el olvido de la lingüística formal tiende a descartar todo análisis de la manera en que el cuerpo humano (zoon) hospeda los conceptos epistémicos de la lengua (Logos), i. e., el "laze'/lazdao', corazón" refiere el "alma", el "deseo", el "rencor", el "recuerdo", así como la "médula/duramen" del árbol/grano.[30] De igual manera, hacia la región Sur de Mesoamérica, en Costa Rica, en lengua chibcha, el hígado le entrega a los sentimientos profundos, una energía anímica, en la cual hallan la fuente del conocimiento: "jé tképa yéria jér na i d-ë', desde entonces, el los cazadores lo han comprendido, surgió en el hígado de los cazadores"; "ma jér ku-á yis te? , ¿me entiendes? = ¿he encontrado tu hígado? / tu hígado encontrado-he mi/yo?". Sea una "metáfora" para expresar un "marco cognitivo universal", el cuerpo humano biológico (zoon) establece el terreno en el que el lenguaje (Logos) puede fundar su don (ejon) de identificar las cosas sin nombre.[31]
13. Afijos direccionales y Posicionales
Tal cual sucede en inglés, I'm going in/out/up/down/ahead/back, hay afijos direccionales. Si los direccionales señalan el movimiento de los objetos en el espacio —I sit down = me siento (reflexivo)— su contraparte lógica la esclarecen los posicionales. A la dinámica del direccional se contrapone la estática del posicional, i.e., estar parado/sentado/arrodillado, simples monosílabos en varias lenguas, etc.: k'utzulk-iin, estar-agachado-yo en poqomam. La riqueza de raíces posicionales la ejemplifica la lengua ch'ol, del estado de Chiapas, México, la cual presenta " un conjunto de más de dos cientos cincuenta (250) raíces" bajo esta categoría.[32]
Ch'ortí': watar-ø, viene-a (el hablante) vs. ixin-ø/va de (el hablante)
Mam: ma ø kub' ques-j n-q'ab'-i, mi mano fue cortada = (reciente) abajo cortada-fue mi mano. Este idioma presenta un mínimo de doce direccionales simples —otros tantos compuestos— que matizan el significado de una oración: n-qo tzalj, somos felices vs. n-qo jaw tzalj, somos dichosos-exaltados/arriba-felices.[33]
La dinámica del direccional contrasta con la estática del posicional, es decir, "de pie/sentado/arrodillado", monosílabos simples en varios idiomas, etc.: k'utzulk/ch'ikli-iin, estar-agachado/sentado-yo. La riqueza de raíces posicionales la ejemplifica la lengua ch'ol, del estado de Chiapas, México, que presenta "un conjunto de más de doscientas cincuenta (250) raíces" bajo esta categoría.[34] El Tzeltal, en Chiapas, México, cuenta con unos "cincuenta" raíces de "postura", de los cuales "dieciséis" refieren la "posición sentada" que varía según las "piernas", la "permanencia", la "posición del suelo" y la "configuración del suelo".[35]
Estas raíces especiales podrían interpretarse como agentivas o como estativas, según las reglas establecidas en (6 C): tyi wa'-le-y-oñ, me levanté (pasivo) = me levanté-I vs. tyi k-cha 'l-e-ø wa-tyäl, oriné = mi-lo-estaba (agente). Estudios recientes demuestran que los "direccionales" clasifican como "rasgos del área" intensamente desarrollados en la "familia mixe-zoque y en todas las lengua mayas" —excepto en "las yucatecas y huastecas"— con "los sistemas más elaborados en los grupos kanjobal y tzeltal".[36] Su significado más obvio —deixis y direcciones— culmina en un cambio aspectual.
En cambio, los posicionales se vinculan con los locativos y con el existencial, tal cual "ser, estar, haber" en castellano o "to be" en inglés. En una lengua tal cual el cora de Nayarit, México —de la rama sureña de la familia yuto-nahua— estable un correlación directa entre el existencial y el locativo, a saber: hay (there is) un libro en la mesa + el libro está (is) en la mesa. Pero a esa simple diferencia agrega tanto la "postura" del objeto, así como su "propiedad geométrica abstracta". De tal manera, ese idioma distingue seis maneras de localizar una entidad según los dos criterios anteriores: -bel, estar sentado (objetos largos, casa, árbol); -ka, estar sentado (objetos esféricos, naranja, manzana); ka'a, estar acostado (objetos planos rígidos, tenedor, animales); -pii, estar tendido (objetos planos flexibles, textil, papel); -mwaa, estar puesto; -ré'eka, estar tirado (objetos inanimados medianos, silla, libros) y kaab'ee, estar suspendido (en el agua, en el aire), en sus formas singulares. Estos sufijos de pocisión y forma van antecedido por preverbos de cartácter topológico. A la lectura profesional le corresponde decidir si ese trío Ser-Estar/Being-Posición/Geometría afecta la filosofía latinoamericana o es inesencial para su desarrollo. la interrogativa —"¿dónde está X?— no sólo cuestiona si el "Ser/Being" existe en un un sitio particular. También debe responder si esa localización conlleva una posición natural o social. El trío conceptual lo sintetiza Ser(Being)-Estar en-Ser/Estar Posicional/Geometría.[37]
14. Aspecto verbal
p'urchi-e'n, estoy parado vs in-p'urchi, sudo en ch'ortí'
i tali-kon, lo bebo/estoy-bebiendo = su beber-yo vs. i tali-ax-u, lo bebí/he-bebido = su beber-perfectivo-yo en lenca
donde la diferencia radical la establece el contraste entre perfectivo completivo e incompletivo o imperfectivo (véanse las diferencias entre pretérito y participio (comí; estoy bebido) e imperfecto y gerundio (comía; estoy bebiendo) en castellano). El tiempo verbal resulta secundario ante el aspecto e incluso, a menudo, el modo ("no matarás" = obligación). Incluso a nivel universitario, rara vez se explica que el Tiempo-Aspecto-Modo (TAM) define una categoría compleja, conjugada, tal cual el pretérito e imperfecto en castellano, al igual que el futuro en inglés: "I will/may go", de la certeza a la probabilidad.
Para los estudios culturales, se anota que en varias lenguas mesoamericanas la presencia de un modo testimonial precede su conversión en una novela testimonial más amplia. Se trata de una idea de la historia que privilegia la experiencia vivida sobre lo objetivo, es decir, la vivencia ajena. Casi nunca se cuestiona la realidad histórica del cuerpo humano y de su testimonio directo en un eco-sistema o espacio particular (Dasein, Estar-en). Xinca: la partícula pa'alj/ba/aa certifica la "confidencia" vivencial del hablante sobre los hechos narrados. En reiteración inversa, el ch'ortí utiliza las partículas "inki(h), la(')..." para contraponer también el relato sobre las experiencias ajenas difuntas a la vida misma y su testimonio personal: "in-ki xi-q'or dice (que) dijo...", o bien "la', se dice". Es posible que la partícula "=xü, evidencial" del idioma oluteco de la familia mixe-zoque exprese una constancia semejante.
Por tanto, el hablante nunca utilizará un modo indicativo para "Colón descubrió América" —tiempo pasado, aspecto perfectivo y modo indicativo— sino que debe sustituirlo por un modo narrativo: "dicen que/me contaron; ina-t en náhuat". La narración historiográfica de los hechos supone el uso del dedo índice, que señala empíricamente a un ser inexistente y muerto. La noción de objetividad se vuelve similar a las leyendas que denuncia. En efecto, si "las escrituras literarias conciernen a la experiencia, no a la teoría", la historiografía no se reduce a "mirar el papel, -iloj huuj/ilhujinik ", a leer. En cambio, su "iluminación profana" actúa al "abrir tumbas" y conversar con "los muertos de la imagen" y con "los cadáveres de la escena" que empolvan el recuerdo.[38] En efecto, la perspectiva biográfica catalana confirma este enfoque testimonial. Radicalmente, distingue la historiografía de la historia como ciencia objetiva. No sólo "exig(e)...una minuciosa autopsia de un cadáver", sino anhela "resucitarlo" al revivir el pasado. El tiempo de la recolección y del análisis, el presente, trasplanta la "intención" del escritor en la vivencia difunta.[39]
PRIMERA PARTE: Rasgos gramaticales básicos de las lenguas mesoamericanas (1)
[21]. Abel Ramírez Hernández, "Inclusivo y exclusivo en el náhuat de Mecayapan". Mexico: CIESAS, Tesis de Maestría, 2012.
[22]. Tessa Scott, "Pronouns and agreement in San Juan Atitán Mam". San Francisco: UC-Berkeley, PHD-Dissertation, 2023.
[23]. Norma Leticia Vásquez Martínez, "Relaciones gramaticales de la clásula simple en el zapoteco de San Pedro Mixtepec". México: CIESAS, Tesis de Maestría, 2016. Se anotan fuertes restricciones para el sujeto locativo; sólo son verbos intransitivos.
[24]. Nicholas A. Hopkins, "The Noun Classifiers of Cuchumatán Mayan Languages". IJAL, Vol. 78, No. 3, July 2012: 411-427.
[25]. Magda Angélica García von Hoegen. "Vista de las voces de K'otz'i'j". In: "Escena. Revista de las Artes", enero-junio 2024: 77-105.
[26]. Para la complejidad de la incorporación, véase Valentín Peralta Ramírez. "La incorporación nominal en el náhuatl", 2022.
[27]. Roberto Zavala, "Entre conejos, diablos y vendedores de caca". Tlalocan XIII. Véase 14 para una particularidad testimonial
[28]. Nicholas Hopkins, J. Kathryn Josserand, and Ausencio Cruz Guzmán. "A Historical Dictionary of Ch'ol (Mayan)". Tallahassee, FL: Jaguar Tours, 2011.
[29]. Sandy Cruz Vargas, "Las oraciones de complemento en el zapoteco de San Miguel Cajonos". México: CIESAS, Tesis de Maestría, 2020.
[30]. Rebecca Long C. y Sofronio Cruz M., "Diccionario zapoteco de San Bartolomé Zoogocho Oaxaca". México: ILV, 2000
[31]. Christian Lehmann, "Foundations of Body-Part Grammar". 2016.
[32]. Nicolas Arco López, "Los clasificadores numerales y las clases nominales en ch'ol". México: CIESAS, Tesis de Maestría en Lingüística Indoamericana, 2009.
[33]. Tessa Scott, "Pronouns and agreement in San Juan Atitán Mam". San Francisco: UC-Berkeley, PHD-Dissertation, 2023.
[34]. Nicolas Arco López, "Los clasificadores numerales y las clases nominales en ch'ol". México: CIESAS, Tesis de Maestría en Lingüística Indoamericana, 2009.
[35]. Colette Grinevald, "The expression of static location in a typological perspective". En: Maya Hichman & Stéphan Robert (eds.), "Space in Language", 2006: 29-58.
[36]. Roberto Zavala, "Olutec Motion Verbs". Annual Meeting of the Berkeley Linguistic Society, 2014.
[37]. Verónica Vázquez Soo, "Ahí, pero dónde, cómo. Predicados locativos y cópulas existenciales en cora meseño", En: Claudine Chamareau, "Langue du Mexique", "Revue de'Ethnolinguistique Amerindienne, No. 37 (1), 2013: 133-192.
[38]. Walter Benjamin, "Surrealisme", 177-192. En: "Reflections", Schocken Books, 1986: 182.
[39]. Fernando Domínguez Reboiras, "Ramón LLul". España: Arpea Editores, 2016.