El régimen de excepción puede ser visto desde múltiples experiencias. Suelen aplaudirlo a pie juntillas quienes de la noche a la mañana por fin pudieron salir a los pasajes de sus colonias o a las calles de sus comunidades sin miedo a encontrarse con un bribón atiborrado de tatuajes (o sin tatuajes) que les habría hecho terminar sus días enterrados en un cementerio clandestino. Algunas veces también baten palmas, pero con una distancia dolorosa, quienes cada mes esperan en las filas en los alrededores de los centros penitenciarios para dar a los custodios los paquetes que contienen productos de primera necesidad con la, muchas veces, vana ilusión de que les sea entregado a su familiar, se supone, injustamente detenido y acusado de pertenecer a una agrupación ilícita. Aunque muy pocas, veces también lo celebran, con el alma despedazada, quienes un día recibieron el cuerpo de su pariente en un ataúd después de pasar meses, en algunos casos y, en otros, unas pocas semanas, detenido en un centro penitenciario.
Cada uno cuenta de la feria según le va en ella, dice el refrán. Y de la suspensión de los derechos de asociación y reunión, inviolabilidad de las comunicaciones y al debido proceso, con casi una veintena de prórrogas, pueden escucharse innumerables vivencias; entonces, lo cierto es que verlo desde una perspectiva única, además de dogmático, puede ser maniqueo y hasta peligroso.
Durante tres meses, sin embargo, desde las redes sociales de la Asamblea Legislativa fueron emitidos docenas y docenas de mensajes, incluyendo republicaciones y me gusta, que ayudaron a consolidar la reputación límpida, pulcra, casi inmaculada, de la etiqueta #Regimendeexcepción hasta convertirla, vista desde el extranjero, en una marca sin manchas que muchos candidatos a cargos de elección popular hasta consideraron digna de importación.
Entre el 1 de julio y el 30 de septiembre de 2023 Revista Elementos monitoreó las cuentas de Twitter (X), Facebook y YouTube y, con el apoyo de la herramienta en línea TalkWalker —basada en inteligencia artificial—, se analizaron las fuentes, los contenidos y el impacto de los mensajes emitidos por la Asamblea lo que ha permitido aproximarse a la comprensión de cuál es el papel que esa institución desempeña en el omnipresente adoctrinamiento del bukelismo.
En principio deben aclararse dos cosas. La primera: su función en la inmensa maquinaria, aunque importante, es secundario y se suma a las cuentas de las autónomas, ministerios y otros, como Diario El Salvador, que solo en julio publicó más de 20 mil tuits sobre el régimen de excepción y seguridad pública con un alcance de 6 millones de visualizaciones; la segunda: muy pocas veces los mensajes son emitidos de forma directa, más bien, siguen un proceso de empaquetamiento y legitimación en espacios noticiosos supuestamente independientes de la omnipresente bota del Gobierno de los Hermanos Bukele.
En este esquema los diputados de Nuevas Ideas y sus partidos séquito son los adoctrinadores y difunden la doctrina mezclándola con información de temas coyunturales, imprecisiones, mentiras evidentes, falsedades y las monsergas aduladoras al presidente Nayib Bukele. Luego, divulgan los mensajes en los medios de comunicación, tanto institucionales como privados, que finalmente también son retomados en las cuentas oficiales para multiplicarlos y prolongar su permanencia en el tiempo.
El grueso de los mensajes es divulgado en X, mientras en Facebook y la cuenta en YouTube de la Tv Legislativa el tráfico es menor. Generalmente los mensajes están escritos en tonos emocionales para provocar ira contra los opositores y amor por el oficialismo, muy acorde con los tiempos de la polarización afectiva. También hay críticas directas a personajes de la oposición. Por ejemplo, en la sesión plenaria del 26 de abril de 2023, los comunicadores de la Asamblea Legislativa, Iris Martínez y Balmore Barrientos, transmitieron una nota en la que la presentadora dijo: «A continuación ustedes van a escuchar declaraciones del exfuncionario del FMLN, Eugenio Chicas, en un programa donde se expresó de forma despectiva de la diáspora salvadoreña».
Luego, como parte de la gran estrategia de comunicaciones controlada en Casa Presidencial, son implementados una serie de sistemas con los que simulan que miles de usuarios de redes sociales están las 24 horas del día en vilo esperando saber qué hará el Gobierno o la Asamblea.
Por ejemplo, en este maremágnum más de 61 mil usuarios de redes están, casi de forma permanente, interactuando con ese esquema desde El Salvador; 2 mil desde Estados Unidos; 5 mil desde Argentina; 5 mil desde España; 1 mil desde Sri Lanka; 714 de Bélgica, entre otros. Las variaciones dependen de la coyuntura y de los temas que el Gobierno pretende posicionar.
Y, más que publicaciones, la cuenta se concentra más en republicar y dar me gusta a los mensajes de diputados y de otros usuarios, como si se tratase de la interacción entre el líder de opinión, la fuente ícono y el tercero creíble, como lo propone la teoría de la influencia personal. Por ejemplo: el 6 de julio el presidente de la Asamblea, Ernesto Castro, publicó: «El Salvador vive, por primera vez en su historia, en paz. Estamos en el camino correcto. Sigamos adelante» acompañado de una fotografía de Nayib Bukele.
La Asamblea dio me gusta a la publicación para prolongar la permanencia en el tiempo de la publicación.
Los siguientes son algunos ejemplos más.
En la primera quincena de junio, por ejemplo, a sus anchas hablaron de la transparencia en la que ellos propagandísticamente llaman «la nueva Asamblea Legislativa». Mientras volcaban ese mensaje Nuevas Ideas estaba a unas semanas de celebrar sus elecciones internas.
Por ejemplo: el 1 de julio la Asamblea republicó el mensaje que el diputado Ernesto Castro divulgó en una entrevista: «Como diputados de @nuevasideas, hemos participado en esta inédita era dentro de la Asamblea, realizamos cambios y acompañamos la visión del Presidente @nayibbukele, que se centra en el beneficio del pueblo». Unos segundos más tarde retomó otro mensaje: «Asegurar el buen funcionamiento de las instituciones estatales no era prioridad de los políticos del pasado. Como nueva Asamblea, acabamos con esa práctica. Reforzamos el presupuesto de @SeguridadSV para que @PenalesSV continúe operando de manera eficiente».
Esa misma noche la diputada Dania González, en una entrevista con el pastor Edgard López Bertrand, del Tabernáculo Bíblico Amigos de Israel, repitió uno de los ejes de la doctrina: no volver al pasado con los mismos de siempre y las cuentas de la Asamblea, que parecen ser, de cuerpo entero propiedad de Nuevas Ideas, lo retomó: «La voluntad y la valentía han sido claves porque nos hemos enfrentado a partidos políticos que habían adoptado vicios nocivos para la población. Combatir la corrupción y los corruptores que siempre se quisieron adueñar del país no ha sido fácil».
Otras veces, sin embargo, sin necesidad de mensajero, desde la misma cuenta institucional de la Asamblea son publicados mensajes como los siguientes: «Por décadas, los caficultores fueron ignorados por los gobiernos del pasado. Ahora, cuentan con nuestro apoyo. Por eso, incorporamos fondos al @ISCafe_SV para que potencie este cultivo, reduzca los costos de operación y posicione al país como uno de los mejores productores».
O el 29 de agosto la cuenta institucional republicó el mensaje del presidente Bukele: «Seguiremos impulsando las transformaciones en nuestra nación. 👊 Siempre apoyaremos las medidas que busquen la modernización de El Salvador, la generación de empleos bien remunerados y el crecimiento económico».
A propósito de la celebración del Día del Policía Nacional Civil publicó: «Héroes azules, gracias por su valentía y compromiso para ayudar a transformar a El Salvador. Los resultados de su labor se traducen en paz y seguridad, algo invaluable que esperamos por décadas».
En Facebook la frecuencia de los mensajes es menor. Pero eso no significa que no los haya. Por ejemplo, el 1 de julio fue publicado lo siguiente: «Asegurar el buen funcionamiento de las instituciones estatales no era prioridad de los políticos del pasado. Como nueva Asamblea, acabamos con esa práctica. Reforzamos el presupuesto de Ministerio de Justicia y Seguridad Pública para que Penales SV continúe operando de manera eficiente».
Dos expertos en relaciones públicas, que pidieron mantener su anonimato por temor a represalias, consideraron que esta es una prueba de la planificación comunicacional liderada por los Hermanos Bukele.
Pero Óscar Picardo Joao, académico de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), rechazó que de fondo exista una «planificación estratégica».
«El estado de excepción o el CECOT fueron cosas ocurrentes, fueron saliendo en el momento, no creo que hayan estado en el Plan Control Territorial, en el caso que exista y que les ha salido bien. No creo que haya una visión estratégica planificada, sino que son cosas que van saliendo en el momento, que se aprovechan y algunas salen bien; no corresponde a un esquema de planificación muy elaborado, ni creo que haya gente capaz de eso», opinó.
Se intentó consultar la administración de las redes sociales con Alessandra Quiñonez, jefa de prensa de la Asamblea, pero ignoró las múltiples solicitudes de entrevista que le fueron realizadas.
Los adoctrinadores desechables
En el periodo analizado los principales adoctrinadores fueron los diputados José Raúl Chamagua, Ana Figueroa, Dania González, Christian Guevara, Lorena Fuentes y Alexia Rivas y con mayor frecuencia fueron entrevistados en los espacios noticiosos de Canal 10, ITV, TVO, Orbita TV/Canal 25, El Blog, Radio YSKL, Canal 21, 104.5 FM/Fuego, Punto 105 radio y La Noticia SV.
Según Picardo Joao ellos y otros fueron designados adoctrinadores no por tener una formación específica o por su carisma, más bien porque fueron capaces de hacer «meritocracia comunicativa».
«Creo que les dan lineamientos de lo que van a hablar, mientras que ellos empiezan con su estructura comunicativa a replicar y así funcionan las cosas. Algo que está claro en este entorno, es que nadie es imprescindible y en el momento que se equivoquen o que piensen o que tengan un criterio propio salen de inmediato, como ha sucedido con varios funcionarios», comentó.
Esos diputados, sin embargo, justificaron de forma distinta su meritocracia comunicativa. «Es a puro trabajo. Así como el presidente se ha ganado el cariño de los salvadoreños a puro trabajo y no de promesas, creo que es un buen ejemplo para todos los que trabajamos en Nuevas Ideas», respondió la diputada Figueroa cuando se le consultó sobre la estrategia comunicacional de la Asamblea.
«Estamos a criterio propio; tenemos la clave que todos compartimos una sola visión que es la de nuestro presidente», dijo la diputada Fuentes.
Nayib, líbranos del mal
El culto a Bukele es esencial en la hipermaquinaria propagandística de la que forma parte la Asamblea. Mario Vega, pastor de la Misión Cristiana Elim, explicó que se trata de un «discurso viejo», incluso anterior a la Guerra Civil de la década de los 80, un recurso para fácilmente identificarse con las personas.
«En el caso salvadoreño y latinoamericano es bien sabido que las personas son muy religiosas, muy a flor de piel el tema y es un mensaje con el cual puede conectar con relativa facilidad», explicó.
De acuerdo con los resultados de los sondeos del Instituto Universitario de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (IUDOP-UCA), las iglesias católica y evangélica alcanzaron un 47.3 % de confianza ciudadana en 2009; mientras que, en su peor marca, bajaron a un 29.3 % en 2015.
Picardo coincidió con Vega al indicar que hay un gran esfuerzo por encaminar el mensaje en ese rumbo: la industria de la comunicación, financiada con dinero público, es tan efectiva que, según él, la credibilidad del presidente es superior incluso a la de la religión. «Cada vez es más evidente que se van enlazando con todos los sistemas de comunicación posibles, digitales, alternativos y el presidente es el eje de todo, es el punto neurálgico», explicó.
Según los resultados de los estudios de opinión de la Gavidia, el 39.5 por ciento de los encuestados consideró más importante al presidente Bukele, mientras un 38.9 por ciento respondió que era más importante la religión. Muy por debajo fueron estimadas la Constitución de la República y el partido Nuevas Ideas.
Y los diputados también forman parte del sistema de culto, aunque es imposible saber si lo hacen de forma deliberada o inconsciente.
Picardo, sin embargo, también matizó: los diputados, al igual que los funcionarios y los empleados públicos, interactúan bajo un «clima de terror» en el que nadie puede disentir, criticar ni opinar sin previa autorización y el presidente Bukele es el dueño de todas las verdades y todas las soluciones.
«La Asamblea se ha desnaturalizado desde el punto de vista técnico democrático y se ha transformado en una caja de resonancia de Casa Presidencial; todo gira concéntricamente alrededor de la figura de él», expresó.
Caleb Navarro, subjefe del partido en la Asamblea, negó que sus colegas en la bancada actúen coaccionados. «No se le impone nada a nadie, que deje de hacer o que no haga, somos libre de poder hacerlo (culto a Bukele)», dijo.
Chamagua admitió que en ese partido «hay diferencias», pero las relativizó comparándolas con las que ocurren en ámbitos privados.