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Rutilio Grande, un ejemplo de vida


En lo personal creo que esta historia de vida debe profundizarse y que la Iglesia Católica, de la cuál soy culturalmente creyente, debe de presentar al padre Grande como el santo de los nuevos tiempos.
Publicado en febrero 16, 2025
Antropólogo y educador.

Escribir sobre el sacerdote Rutilio Grande significa para mí un desafío, pero a la vez me motiva, pues durante siete años «Autismo Diario»  me ha abierto las puertas para escribir sobre el autismo. Algunos artículos fueron en el pasado un aporte de lo que es el autismo. Hubo lectores a favor, otros en contra. Pero hay que ver el lado positivo de la web en general: los usuarios los leen.

En lo personal creo que esta historia de vida debe profundizarse y que la Iglesia Católica, de la cuál soy culturalmente creyente, debe de presentar al padre Grande como el santo de los nuevos tiempos, en donde la humanidad debe de aceptar su esencia y humanizar las enseñanzas que hombres y mujeres creyentes han dejado plasmado en su historia y que no deben de esconderse, sino aceptar la humanidad misma de la iglesia y la sociedad.

A continuación presento la historia de vida del beato salvadoreño y mis aportes que pretenden servir a los salvadoreños, a las sociedades latinoamericanas, al mundo y al Vaticano, para que tomen como ejemplo la aceptación a la diversidad, la inclusión social y educativa, de sus feligreses y de sus religiosos.

¿Quién fue el Padre Rutilio Grande?

El portal web Jesuit Global dice lo siguiente del Padre « Tilo»  (así lo llamaban los campesinos del distrito El Paisnal): «nació en la pequeña localidad de El Paisnal el 5 de julio de 1928. Fue un jesuita de dimensiones humanas y religiosas insospechadas. En su debilidad encontró su grandeza. La mayor parte de su vida transcurrió en el silencio y la humildad de quienes se van haciendo paso a paso compañeros de Jesús. Quienes lo conocieron encontraron en él un hombre bueno, cercano y servicial. Para los seminaristas fue un auténtico formador y para el clero salvadoreño un delicado acompañante espiritual. Rutilio supo ser consejero, compañero comprensivo y amable, al mismo tiempo firme y serio en lo que se refería a la vida cristiana y al ejercicio responsable del ministerio presbiteral. La población campesina, de la que él mismo era parte y a la que sirvió con dedicación en su servicio pastoral, halló en él un religioso cercano, abnegado y cariñoso, ordenado presbítero para compartir la vida con la comunidad de los seguidores de Jesús que dan testimonio de la Buena Noticia» .

«El P. Grande entendió su vocación religiosa y presbiteral a la luz del Concilio Ecuménico Vaticano II. Su manera de vivir, su enseñanza y orientaciones pastorales estaban imbuidas de la lectura que hizo de las orientaciones del Vaticano II, en 1968 en Medellín (Colombia), la Conferencia de Obispos Latinoamericanos. La renovación en marcha en la Iglesia generó no pocas tensiones internas también en la Arquidiócesis de El Salvador y dentro del mismo Seminario».

«El nombramiento de San Óscar Arnulfo Romero como Arzobispo de San Salvador en 1977 abrió la puerta a una nueva etapa de conversión eclesial. La creciente conciencia de la necesidad de propiciar la transformación de la inhumana situación de la mayoría campesina, a causa de las estructuras injustas de la sociedad salvadoreña, enciende las luchas sociales y políticas de esta convulsa etapa de la historia de este país centroamericano. Muchos miembros de las comunidades eclesiales participaron activamente en la lucha social y política. Si bien para el P. Rutilio, su equipo y sus estrechos colaboradores, comprometidos desde su fe en la lucha por la justicia del evangelio, estaba muy clara la distinción entre el trabajo pastoral y la militancia político-partidista, para las minorías que sintieron amenazado su poder, Rutilio era percibido como un obstáculo a remover. Fue asesinado, junto con dos compañeros laicos, en Las Tres Cruces, a pocos kilómetros de San Salvador, el 12 de marzo de 1977».

La salud del Padre Tilo Grande

Antes de iniciar este apartado, quiero aclarar que el sacerdote y jesuita historiador Rodolfo Cardenal, escribió su biografía, pero nunca dejó en su libro el tema de la inclusión social y educativa. Únicamente menciona lo siguiente: «La primera crisis nerviosa la sufre a mediados de los meses de mayo y junio del año 1950, perdió un buen tiempo contacto con la realidad, la compañía de Jesús decidió internarlo en una clínica psiquiátrica, porque Tilo se encontraba inmóvil, hablando cosas incoherentes, en la clínica lo trató un psiquiatra español, quién lo diagnóstico con esquizofrenia catatónica con un 60 por ciento de posibilidades de curación».

«La psicopatología define la esquizofrenia como una hendidura en la personalidad en la cual las funciones y las respuestas se presentan desunidas. Se trata de una disociación física manifiesta en una conducta incoherente, reducción o pérdida de contacto con la realidad. Las diversas funciones psíquicas se conservan, pero disociadas, por eso se pierde el equilibrio».

«La modalidad catatónica manifiesta trastornos graves de la voluntad, los cuales van desde los impulsos violentos y gran agitación hasta la pasividad y la inercia absoluta. Por lo tanto, se trata de una patología motora acompañada de deterioro de los hábitos personales y en algunos casos de un regreso a un estado de conciencia casi vegetativa. Durante los períodos de inactividad se presentan vivencias alucinantes o delusorias, cuyo contenido específico es desconocido. El curso del pensamiento parece concentrarse en la muerte y la destrucción».

El 24 de septiembre de 2021 entrevisté al doctor Manuel Casanova, investigador de Autismo Diario. Al preguntarle qué era la Esquizofrenia Catatónica, este me respondió: «Es una forma rara de la esquizofrenia que afecta al individuo física y mentalmente. Pero ocurre en una variación de grados desde síntomas sutiles a otros exagerados» .

Ahora, ¿pueden los pensamientos de una persona esquizofrénica afectar o ayudar a llevar bien la enfermedad? En el caso del cura pues era muy sociable con los campesinos, ¿pudo ser una buena práctica para la salud?

Los pacientes con catatonia muchas veces padecen de ansiedad. En muchos casos son tratados con drogas que son calmantes. Creo que una persona dócil, social, calmada pudiera sobrellevar mucho mejor su enfermedad.

Las homilías de Rutilio Grande

A continuación copio extractos de sus homilías:

«No trepen el evangelio a las nubes. Dios no está en las nubes acostado en una hamaca. Jesús mentaba mucho el Reino del Padre Dios. Y le gustaba compararlo a una gran cena en una mesona con manteles largos, que alcanzara para todos por igual».

«Y que nadie se quedara por fuera sin su taburete y su con qué. Las chiltotas tienen un conacaste donde colgar sus nidos, para vivir y cantar. Al pobre campesino no le dejan ni un conacaste, ni un puño de tierra para vivir y para que le entierren. Los que tienen voz, pisto y poder se organizan y disponen de todos los medios a su alcance. Los campesinos no tienen tierra, ni pisto, ni derecho a organizarse. Esto no es el Reino de Dios, sino el reino de la maldad, de la mentira y del diablo».

«Una mesa grande para toda la iglesia no es un museo de tradiciones muertas, de enterradores que solo se preocupan de cargar la urna el viernes Santo para enterrar a Jesús. Debe ser un puño de comunidades vivas, portadoras de vida y esperanza para nuestra gente más humilde. Jesús quiso celebrar la víspera de su entrega total una cena, una fiesta. Y nos dijo que sería el memorial cabal de nuestra liberación. Y él, de 33 años, fue el primero que se puso a los pies de sus amigos para lavarle los pies. Y nos mandó hacer lo mismo, como señal de que estamos listos a jugarnos la vida por los hermanos. No vale decir “sálvese quien pueda con tal de que a mí me vaya bien”. Nos tenemos que salvar en racimo, en mazorca, en matata, o sea en comunidad».

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