A finales de agosto Amazon Prime Video dio a conocer el documental sobre la vida y obra del compositor y músico de jazz Wayne Shorter. Es poco común que a un músico de jazz se le haga un homenaje con su muerte aún reciente —murió en marzo de 2023—, pero en el caso de Shorter, aun cuando estaba en vida se le han hecho varios documentales y se han escrito libros sobre su obra, aunque ellos estén más concentrados en su producción del periodo de los años sesenta y noventa.
Cada uno de nosotros tiene sus experiencias y vivencias sobre aquella música, cantantes o compositores que marcan nuestras vidas a nivel emotivo o intelectualmente. En mi caso particular, tengo una gran deuda con la producción realizada con Wayne y su Wayne Shorter Quartet donde figuraron músicos consumados como el bajista John Patitucci, el baterista Brian Blade y el pianista Danilo Pérez.
Este cuarteto irrumpió entre finales del siglo pasado y la primera década del nuevo siglo haciendo una propuesta innovadora en el marco del agotamiento del neoclasicismo del jazz liderado por figuras estelares como Wynton Marsalis y el fallecido tempranamente Roy Hargrove, y las fusiones del jazz con el funk y el hip hop también propias de estos años.
Durante este periodo el Shorter y su cuarteto lo que hacen es retomar grandes estándares del jazz otrora compuestos e interpretados por Wayne Shorter, ya sea en su producción de los años sesenta o setenta o piezas que provienen cuando él perteneció al inolvidable quinteto de Miles Davis, donde estaban, además de ambos, el baterista Tony Williams, el bajista Ron Carter y el eximio pianista Herbie Hancock.
Pero en este periodo también propone piezas nuevas, especialmente en sus últimas producciones como Beyond The Sound Barrier y Without a Net (de una pieza de este disco, Zero gravity, se toma el nombre del documental que será presentado por el Amazon Prime Video). Las piezas son interpretadas al punto de tornarse en algunos momentos irreconocibles a simple oído, pues los músicos juegan in extremis con los cambios en los tiempos y la armonía; en el caso de la melodía ni se diga, prácticamente ya está desestructurada. Todo este proceso convive con arranques de alta velocidad y posteriormente desaceleración y silencio controlados por Brian Blade y Patitucci.
Quizá un buen ejercicio para entender este cambio en la música de Shorter es escuchar atentamente la pieza Footprints bajo el quinteto de Miles Davis, donde sobresale la interpretación de un Shorter joven, después de escuchar la versión propia de Wayne en su disco Adam´s Apple, y finalmente, la versión del Wayne Shorter Quartet, en su disco Footprints live! con un Shorter totalmente consumado como una figura fundamental en la historia del jazz contemporáneo.
Es un lugar común que muchos músicos y compositores al llegar a la edad madura y tener una carrera consolidada se dedican a capitalizar esto reinterpretando su música de la manera como les hizo famoso y ganaron su público, es decir, sin mayor variación, muchas veces haciendo producciones musicales que prácticamente reviven la forma y el estilo que les caracterizó para provocar nostalgia y bellas remembranzas entre sus seguidores, pero este no fue el caso de Shorter. Su obra es un reto a sus seguidores de si son capaces de seguirlo a ese mundo atonal, de melodías prácticamente irreconocibles y cambios de ritmos inadvertidos.
Retomando la idea de Aaron Copland, el compositor norteamericano, en su libro Cómo escuchar la música, la propuesta de Shorter lo que quiere es hacernos pensar la música fuera de una visión romántica, pues a esas piezas bellamente coloreadas con cambios armónicos predecibles y pasajes en unos momentos de mucho virtuosismo y otros de sublime paz de sus discos de los años sesenta – Juju, Adam´s Apple, Speak No Evil, Night Dreamer— nos deja una última imagen muy diferente en el inicio del nuevo siglo. El cuarteto se reunió la última vez para producir Emanon, la cual ganó el Grammy en 2018 como mejor disco de jazz. Esta es la imagen última del gran compositor y músico en nuestra memoria: la de un innovador en búsqueda de una nueva gramática del jazz.