APÓYANOS

El sobrecalentamiento del mar está provocando pérdidas alimentarias y económicas en pescadores artesanales

Entre 2019 y 2024, las temperaturas de las aguas del mar pasaron de 27 a 31ºC, por encima de la temperatura media de 29ºC, según registros oficiales e investigaciones climáticas. El sobrecalentamiento está provocando pérdidas alimentarias y económicas en pescadores artesanales, a quienes les cuesta conseguir peces, cangrejos, curiles, langostinos y otras especies de importancia comercial.

Por 
|
agosto 19, 2024
Arte Laura Callejas

Más de una docena de embarcaciones yacían encalladas en la playa del cantón Punta Remedio, una comunidad ubicada a las orillas del océano pacifico, en el caserío Los Cóbanos, distrito de Acajutla, Sonsonate Oeste, al occidente de El Salvador. Es de esta playa que pescadores artesanales salen al mar en busca de sus alimentos y, en algunos casos, de sus ingresos económicos  para sobrevivir, así lo cuenta Mario Campos, un pescador que lleva 38 años trabajando en la costa salvadoreña.

Campos tenía 14 años cuando inició pescar en los Cóbanos, una importante área natural protegida, que cuenta con ecosistemas de arrecife de coral. Desde muy joven aprendió a atrapar pargo, boca colorada, dentón, guacamayo, pargueta, sardo, corvina, entre otras especies marinas; muchas de estas eran comercializadas en restaurantes o negocios de la comunidad y, en otros casos, servían de alimento para la familia.

En sus inicios la pesca era abundante, recuerda Campos. En una jornada atrapaban cinco quintales de peces y otras especies marinas, unas 500 libras aproximadamente. Sin embargo, con el pasar de los años, la pesca en la playa ha disminuido por los efectos que está ocasionando el cambio climático: olas de calor, altas temperaturas en el mar, tormentas tropicales, huracanes y lluvias torrenciales. Estos fenómenos meteorológicos han provocado pérdidas económicas y alimentarias en el hogar de Mejía, así como en otros pescadores que trabajan en la costa occidental del país.

La pesca artesanal es ejercida por personas de bajos recursos económicos, quienes viven a lo largo de la costa pacífica y zonas ribereñas, como los manglares  y ríos. Según un estudio de la Universidad Centroamericana en Nicaragua, «la pesca y la acuicultura representan para la economía trinacional (Honduras, El Salvador y Nicaragua) más del 3% de su Producto Interno Bruto (PBI) y el 30% del sector primario».

El mar en El Salvador está cada vez más caliente. Entre marzo y abril de 2018, es decir, los meses más calurosos del año, se registraron temperaturas en un rango de 27°C a 30.9°C, según datos históricos de Clima Pesca, una organización del Sector Pesquero y Acuícola del Istmo Centroamericano- OSPESCA, que informa sobre los impactos del clima en el sector pesquero. 

En esos mismos meses, pero entre 2019 y 2023, las temperaturas variaron entre 27.7 y 31.57°C. Estos parámetros aumentaron en 2024: las aguas del mar se calentaron entre 27.74 y 31.86°C, según detalló Clima Pesca.

Mientras tanto, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) reportó temperaturas de 27 a 30°C en distintas zonas costera, entre ellas: Los Cóbanos, La Libertad, Estero de Jaltepeque, Bahía de Jiquilisco y La Unión, según los “Pronóstico de salinidad, temperatura y corriente en la superficie del mar”, publicado entre marzo y mayo de 2024.

Entre septiembre de 2014 y julio de 2016, en las aguas de los arrecife de la playa Los Cóbanos, se registraron temperaturas de 31 a 34°C; en 2023, ese parámetro se mantuvo, según documentó el Centro de Investigación Marina y Limnológica (CIMARyL), del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI), de la Universidad Francisco Gavidia (UFG). Usualmente, según explicó  Johanna Vanessa Segovia Prado, coordinadora del CIMARyL, las temperaturas en esta zona de la costa rondaban entre 27 o 29°C.

No solo el mar está más caliente, sino que también los humedales costeros del occidente del país –que albergan el 75% de las especies de fauna costera con importancia comercial– también lo sufrieron. Las temperaturas en el manglar Metalío llegaron hasta 30.33 ± 0.99°C, según reportó la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) y el Centro de Investigación y Desarrollo en Salud de la Universidad de El Salvador (CENSALUD-UES) en su monitoreo de calidad de las aguas en  sistema estuario, entre los meses de abril y junio de 2023. 

Además, en el manglar de Barra de Santiago (Sitio Ramsar) se reportaron temperaturas 30.42 ± 0.68°C; en Garita Palmera 32.05 ± 3.19°C y en Bola de Monte 33.57 ± 0.56°C. Los humedales monitoreados son fuentes de alimentación y de economía para muchos pescadores del occidente del país

Las altas temperaturas son un riesgo para las especies que viven en el mar y los manglares. Los peces, los crustáceos y los moluscos se estresan ante temperaturas de más de 29°C, así lo explicó el máster en biología marina, Oscar Armando Molina Lara, quien lleva 23 años estudiando diferentes ecosistemas marinos en el país. Para que una especie pueda sobrevivir en el agua, las condiciones óptimas tienen que ser entre 25 y 29°C, añadió el experto.

«Hay momentos en que todas las especies de los bosques salados y del mar llegan a un estrés, siendo propensos a plagas, enfermedades, o permitiendo que otras especies invasoras (no nativas) lleguen a estos ecosistemas», dijo Molina Lara a Revista Elementos 

Algunas de las especies afectadas, que son consideradas de gran importancia comercial para los pescadores artesanales, son el pargo, el atún, las corvinas, los langostinos, los cangrejos y los curiles (conchas). Estas dos últimas, que habitan en manglares, se estresan en las épocas de lluvias intensas, ya que las lluvias no permiten que las mareas lleguen a los manglares, provocando la muerte de las especies, añadió el biólogo marino . 

No solo el calentamiento es un riesgo para los animales del mar, sino que también la alteración del potencial de hidrógeno (pH) en el agua. Los bajos niveles de pH hacen que los gases de efecto invernadero se fijen en el océano y provocan una acumulación de dióxido de carbono (CO2), generando la acidificación en el ecosistema marino, es decir, las aguas se están volviendo ácidas.

«La composición química del agua cambia de su forma natural a ácida. Los océanos se están haciendo ácidos», explicó Alberto González, biólogo marino y máster en Ecología Marina, quien tiene 17 años de experiencia en su rama. 

El biólogo mencionó que las especies marinas están migrando a aguas más profundas por los efectos del Niño - el Pacífico se calienta más de lo habitual -. La migración puede ser latitudinal, es decir, más adentro del mar. «Por ejemplo, los tiburones, que son grandes nadadores, pueden migrar latitudinalmente en aquellas temperaturas adecuadas. Sin embargo, hay especies crípticas que no pueden migrar tanto porque su distribución de nado es muy corta. Estas especies pueden tener una afectación hasta de mortalidad si las aguas se calientan demasiado», dijo. 

Los moluscos y los cangrejos no tienen la capacidad de nadar largas distancias, añadió González. Las altas temperaturas, así como la acidificación, están afectando a estas especies marinas y sus hábitats.   

El calentamiento también está impactando en el hábitat de especies marinas, como los arrecifes, ecosistemas que sirven como refugio y fuente de alimentación para los peces, aseguró Alejandra Trejo Ramos, bióloga del CIMARyL. Ella junto a Segovia han estudiado durante años los arrecifes de los Cóbanos, en Sonsonate.  

Trejo explicó que el aumento en las temperaturas está provocando cambios en la composición biológica de los ecosistemas marinos; por ejemplo, en aguas más cálidas la disponibilidad de oxígeno es menor que en aguas frías, los organismos se tienen que adaptar a condiciones con menor oxígeno o movilizarse para encontrar sitios ricos en oxígeno. «Este desplazamiento sucede porque las especies van en busca de mejores condiciones tanto de disponibilidad de oxígeno como para alimentarse mejor», apuntó la bióloga.

Por su parte, Segovia señaló que los cambios de temperaturas, así como otros factores, están aumentando la frecuencia e intensidad de los eventos de blanqueamiento de los arrecifes de coral en el país, es decir, los corales se vuelven más vulnerables a depredadores, a enfermedades por virus y bacterias. Si el blanqueamiento se prolonga de dos a tres meses, los ecosistemas de coral mueren.

«Estudios han demostrado que el estrés térmico causado por el cambio climático es una de las principales causas de blanqueamiento de coral en Los Cóbanos. Esto tiene efectos en cascada en los ecosistemas marinos, como cambios en la estructura tridimensional de los arrecifes, disponibilidad de ecosistemas, servicios ambientales y en la diversidad de especies que dependen de sus hábitat», explicó Segovia a Revista Elementos

Este cambio en el clima, así como sus afectaciones a los ecosistemas marinos,  fueron documentadas en diversos reportes de la NOAA, en investigaciones del programa para el medio ambiente de Naciones Unidas, de OSPESCA y de la Universidad Centroamericana de Nicaragua, según consultó este medio para este reportaje periodístico. 

Los niveles de calentamiento de las aguas en el mundo han variado de manera significativa desde los últimos 40 años. Datos históricos del Centro Nacional de Información Medioambiental, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), reportaron temperaturas de la superficie de los océanos que van de 0,29°C hasta 0,67ºC grados Celsius, entre los años 1980 y 2022. Estas temperaturas pueden cambiar según la región. En algunas partes del mundo puede haber enfriamiento y, en otras, un aumento de temperaturas.

Según registros de la NOAA, la temperatura aumentó en los años 2016, 2019 y 2020, las cuales estuvieron entre los 0,76ºC, 0,74ºC y 0,73°C, respectivamente; estas temperaturas cayeron a 0,63ºC en 2021, pero aumentaron a 0,67ºC en 2022. Estos han sido los cincos años más altos en cuanto a contenido de calor anual de los mares. 

Las evidencias de las altas temperaturas también fueron documentadas en el capítulo 9 Cambio del nivel del océano, la criósfera y el mar, del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en 2021. El informe advierte que el calentamiento en las aguas seguiría aumentando hasta 2100 y, probablemente, hasta 2300, incluso, en escenarios de bajas emisiones, debido a la lenta circulación de las profundidades del mar

El mar, así como los ecosistemas de manglar, absorben alrededor de un 23% de las emisiones de CO2 y el 90 % del exceso de calor causado por el cambio climático. A esto se le conoce como efecto tampón, según explicó Angelo Picardo, licenciado en ciencias del mar y máster en oceanografía y gestión ambiental de medio marino. El experto explicó que al mar le cuesta mucho más cambiar su temperatura por la capacidad calorífica que tiene.

«El funcionamiento del océano, en conjunto con la atmósfera, es distribuir ese calor desde el ecuador hacia los polos; por eso hay corrientes transportadoras de calor. Se llaman giros subtropicales y son grandes flujos de corrientes que hacen que el agua caliente se transporte a zonas más frías», dijo Picardo. 

El experto también explicó que la costa salvadoreña es una de las más calientes porque se encuentra en la franja tropical, ubicada en el Pacífico Oriental. Esta se caracteriza por tener una alta variabilidad climática y porque en esta área se dan fenómenos como el Niño (el Pacífico se calienta más de lo habitual), y la Niña (las temperaturas del océano se enfrían).

Poca pesca y más gastos

Cuando Campos lograba atrapar las 500 libras de peces, esto significaba ingresos de hasta 500 dólares por la venta del producto. Ese dinero era repartido entre cuatro personas: pescadores y ayudantes de la embarcación. Sin embargo, la pesca en los Cóbanos ha disminuido en los últimos años. Ahora, en una jornada de trabajo se logran pescar de 20 a 40 libras, dijo Campos a Revista Elementos.

«Hoy la pesca ha bajado bastante. Para extraer unas 30 a 40 libras hay que echarle ganas. Antes llegábamos a uno o dos puestos y pasábamos el día pescando. Ahora no. Si no los llega acá, digamos, vamos al sur; allí hay partes nombradas como la Montaña, otra Lameredona y otras la Parguerona», comentó. 

No solo la pesca disminuyó, sino que también, los gastos económicos que invertía Campos en cada jornada laboral aumentaron. Años atrás, el pescador gastaba en combustible 17 dólares en una faena de 8 horas de trabajo en el mar. Esa cantidad aumentó a 40 dólares, es decir, 23 dólares más.

«A veces solo pescamos de 15 a 20 libras, eso no nos alcanza ni para cancelar los gastos que tenemos», dijo. 

También las jornadas de pesca se hicieron más largas. En ocasiones, según cuenta Campos, se va de tres a cuatro días al mar en busca de las especies marinas. Cuando eso sucede, los gastos de inversión aumentan a más de 100 dólares. 

«Nosotros tenemos esa ruleta de la vida: nos conformamos cuando hay y cuando no hay. A veces ganamos 20 porque no sacamos los gastos. Cuando uno viene en el camino viene pensando cómo le voy a hacer para llegar a la casa con ese dinero, más si hay tres o cuatro hijos. Uno tiene que llevar el sustento a estas criaturas, uno se aflige», comentó Campos a este medio. 

Peces 1
Peces 3
Peces 2
peces 4
Peces 6
peces 5
Peces 7
peces 10
previous arrow
next arrow

El 3 de junio, Revista Elementos solicitó los anuarios de estadísticas pesqueras y acuícolas a las oficinas de acceso de información del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), con el fin de conocer los registros de la pesca artesanal (2015 y enero de 2024). Hasta el 22 de julio, esta institución no había enviado los documentos solicitados y resolvió suspender el plazo de respuesta. 

Los únicos registros oficiales que encontró este medio son las estadísticas 2019 y 2020 del Centro de Desarrollo de la Pesca y la Acuicultura (CENDEPESCA), del MAG. En esos años, la pesca de especies marinas - peces, crustáceos y moluscos - para el sector artesanal disminuyó de 8,063,595 a 6,940,064 kilogramos, una pérdida de 1,123,531 Kg. Esto significó una caída de 20,677,719 a 16,286,353 dólares, una pérdida económica de 4,391,366.  

La disminución de peces en la costa de El Salvador no es nueva.  En 1998, los recursos pesqueros disminuyeron por la sobreexplotación y por las afectaciones que dejó el huracán Mitch en el país, y luego de los terremotos de enero y febrero de 2001, según  un informe sobre El Salvador, Honduras y Nicaragua de la Universidad Centroamericana, Managua.

Según el estudio, los tres países aportaron 1,076,38 millones de dólares del valor total de la producción pesquera y acuícola durante el año 2006. El Salvador fue el que menos contribuyó con el 17,46%; mientras que, Honduras encabezó con 58,8% y Nicaragua con 23,7%. 

El 25 de junio de 2024, este medio intentó gestionar, a través de correo electrónico y mensajes vía Whatsapp, una entrevista con Edgar Palacios, director de CENDEPESCA, con el fin de  conocer los planes y las acciones de la institución para atender a los pescadores artesanales afectados. Al cierre de este reportaje no hubo respuesta. También, se buscó al ministro del MARN, Fernando López, pero el funcionario no respondió a la solicitud de entrevista.

Este artículo fue producido con el apoyo de Climate Tracker América Latina

    
 
Marvin Díaz

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Lecturas Recomendadas

Revista que combina el método periodístico con las herramientas de las ciencias sociales. Entendemos que todo pasado es presente: contar los hechos a partir de la actualidad es mutilar la realidad. Por eso profundizamos más en nuestras historias.
QUIÉNES SOMOS
Derechos reservados 2023
linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram