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Las perversiones intelectuales de Félix Ulloa (3)


Para Félix Ulloa El Salvador encarna lo que el filósofo Daniel Innerarity denomina «democracia compleja». ¿Pero a qué se refiere Innerarity cuando teoriza sobre la democracia compleja?
Publicado en marzo 13, 2023
Periodista

III. La democracia compleja y sus tergiversaciones

Lo confieso. Lo admito. El tema de la democracia comenzaba a parecerme cansado, repetitivo, pero de pronto apareció el vicepresidente Félix Ulloa en televisión, en una entrevista matutina, diciendo, sin ningún pudor intelectual: «Yo he estado tratando de actualizar el concepto de democracia, porque mucha gente no entiende lo que está pasando ahora en El Salvador. Es decir: estas grandes transformaciones que estamos viendo y se están dando algunos las están calificando de medidas dictatoriales y gobiernos autoritarios, cuando de lo que se trata es del ejercicio de una democracia con un liderazgo fuerte. Es lo que Daniel Innerarity, un profesor de filosofía política español, llama las democracias complejas del Siglo XXI».9

Entendamos bien: para Félix Ulloa El Salvador encarna lo que el profesor Innerarity denomina «democracia compleja», porque en los tiempos actuales los cambios y transformaciones que suceden en el mundo obligan a los líderes de sus países a resolver los problemas con firmeza y eficacia.

¿Pero a qué se refiere Innerarity cuando teoriza sobre la democracia compleja? ¿Es acaso la demolición de la democracia liberal, de la separación de poderes, de las garantías constitucionales?

No. Ni una cosa ni la otra.

En su libro Una teoría para la democracia compleja, Innerarity aclara que «la complejidad es, para la democracia, algo más que una condición de eficacia o una aceptación de realismo».10

Es decir: no tiene nada que ver con los preceptos de los autoritarismos asiáticos, donde la eficacia política sin límites es una de las columnas vertebrales que permite, como lo explica el periodista británico John Kampfner, la formulación de «un pacto» entre los ciudadanos y los gobernantes de esas sociedades, en el cual los primeros entregan sus libertades a cambio de seguridad.11

Kampfner también detalla que ese modelo autoritario nació en Singapur, durante la dictadura de Lee Kuan Yew, quien gobernó desde 1959 hasta 1990. Fue este hombre quien, además de instaurar un bestial autoritarismo, desmontó el mito occidental de que el libre mercado solo era posible en una democracia. Fundó una escuela con un método que luego ha sido replicado, con sus propias particularidades, por potencias como China y Rusia.

El libro del profesor Innerarity sobre la democracia compleja es eminentemente teórico. No menciona situaciones concretas. Ni personas, ni países. Pero en su desarrollo deja claro que la complejidad no tiene nada que ver con formas autoritarias de ejercer el poder.

No obstante, para evitar cualquier tergiversación mal intencionada, como la del señor Ulloa, es oportuno citar lo que el mismo Innerarity expresó, con cierta preocupación, durante la presentación de su libro, en enero de 2020, en San Telmo: «En estos momentos ya empieza a resultar muy tentador, a mí me lo ha dicho algún político de envergadura: hay que ir hacia el modelo chino, hay que ir hacia una cosa que produzca resultados, los chinos acaban de declarar cuarentena en todo el país y al mismo tiempo construyen un hospital en diez días… no pierden el tiempo en bobadas de los derechos humanos, en cosas de los juristas, formalismos democráticos. Esto es una tentación muy fuerte».

Entonces, ¿a qué se refiere Innerarity cuando habla de la complejidad de la democracia?

El tema no es nuevo. Mucho antes que Innerarity escribiera su libro, el filósofo italiano Carlos Galli planteó la idea de complejizar la democracia como un remedio para «el malestar» democrático.12 A su criterio la democracia había sido «arrasada por las transformaciones del mundo» y había sido incapaz de «mantener sus propias promesas» y de estar a la altura «de sus objetivos humanísticos». Por eso era necesario rescatarla por medio de la complejidad.

A lo largo de su libro, Innerarity hace énfasis en que la democracia compleja pasa por «redescribir el mundo contemporáneo». Lo fundamental es la construcción de un sistema institucional que abarque todas las miradas posibles: la representación, sí, pero también la participación ciudadana; el derecho, sí, pero también la política. Se trata de una cultura —con normas, con regulaciones, con procedimientos— que reinvente el concepto clásico de democracia y ayude a encontrar una solución a los problemas de la posmodernidad.

Pero no con métodos autoritarios. Mucho menos a punta del fusil.

Innerarity jamás propone la destrucción de los fundamentos de la democracia. Tampoco deshecha las contribuciones teóricas de los grandes pensadores que en el siglo pasado actualizaron el concepto democracia ante los horrores cometidos, principalmente por los totalitarismos, durante la Segunda Guerra Mundial.

Al contrario: Innerarity propone reestructurar los métodos clásicos. Crear una arquitectura institucional que fortalezca, de manera holística, el quehacer político en democracia: «Hagamos intervenir en el proceso democrático más valores, autores e instancias, pensemos un equilibrio más sofisticado entre todo ello y habremos puesto las bases para supervivencia de la democracia en el siglo XXI. Solo una democracia compleja es una democracia completa».

Si aplicamos esa teoría a la realidad salvadoreña no sería por medio de la destrucción de la legalidad y la violación a los derechos humanos, tal como lo ha hecho el presidente Nayib Bukele. Al contrario: sería un mecanismo para fortalecer el sistema institucional, con más transparencia y más fiscalización y más rendición de cuentas. Con un sistema electoral más fuerte. Con ciudadanos libres y educados. Con políticos creativos pero responsables y —¿por qué no? — con una reforma constitucional (pero no instrumentalizada) que clarifique y eficientice los procedimientos que ayudan a resolver los problemas cotidianos de la gente.

Entonces no, señor Ulloa, no se confunda ni trate de confundir a los salvadoreños.

La democracia compleja no es, en ninguna circunstancia, una invitación a la autocracia.

[9] Entrevista con Félix Ulloa en Frente a Frente, 16 de enero de 2023.

[10] Daniel Innerarity, Una teoría de la democracia compleja: gobernar en el Siglo XXI, Galaxia Gutenberg, 2020.

[11] John Kampfner, Libertad en venta, ¿por qué vendemos democracia a cambio de seguridad?, Ariel, 2011.

[12] Carlos Galli, El malestar de la democracia, Fondo de Cultura Económica, 2013.

 

PRIMERA PARTE: Las perversiones intelectuales de Félix Ulloa (1)

SEGUNDA PARTE: Las perversiones intelectuales de Félix Ulloa (2)

    
 

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