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FMLN conocía el comportamiento tiránico de Bukele pero por conveniencia lo disimuló

Durante la administración de Nayib Bukele en la alcaldía de San Salvador (2015-2018) se cometieron una serie de irregularidades: nepotismo y presunta corrupción quedaron registradas en las actas municipales de la época. Los dirigentes del FMLN, sin embargo, callaron todo con tal de mantener su pequeña cuota de poder.

FMLN conocía el comportamiento tiránico de Bukele pero por conveniencia lo disimuló

Fotoarte Revista Elementos
Durante la administración de Nayib Bukele en la alcaldía de San Salvador (2015-2018) se cometieron una serie de irregularidades: nepotismo y presunta corrupción quedaron registradas en las actas municipales de la época. Los dirigentes del FMLN, sin embargo, callaron todo con tal de mantener su pequeña cuota de poder.

FMLN conocía el comportamiento tiránico de Bukele pero por conveniencia lo disimuló

Durante la administración de Nayib Bukele en la alcaldía de San Salvador (2015-2018) se cometieron una serie de irregularidades: nepotismo y presunta corrupción quedaron registradas en las actas municipales de la época. Los dirigentes del FMLN, sin embargo, callaron todo con tal de mantener su pequeña cuota de poder.

Fotoarte Revista Elementos
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abril 19, 2022
25
min
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CAPÍTULO III: PRIMERA PARTE

1

Fue la cuarta reunión y el segundo desencuentro. Nayib Bukele, Dagoberto Sosa (conocido como Lucio) y Nery Bonilla estaban sentados, entre junio y agosto del año 2014, alrededor de la mesa forrada con fórmica blanca ubicada en la sala principal de la sede conocida como 229, en el Centro Histórico, seleccionando los nombres de los ciudadanos que iban a ser inscritos como candidatos a concejal de San Salvador del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), para las elecciones municipales y legislativas de 2015.

Como en un encuentro de tahúres, Bonilla y Lucio tiraban sus cartas que generalmente eran militantes de cromosomas efemelenistas como ellos. Nayib, procedente del endogámico círculo de los salvadoreños de origen árabe, con unas pocas aventuras empresariales patrocinadas por su padre Armando Bukele Kattán y con la experiencia de la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, tenía claras sus opciones. De pronto sacó de su baraja un nombre: Federico Gerardo Anliker.

Bonilla y Lucio quedaron atónitos. Jamás en sus vidas habían escuchado ese apellido de origen suizo. Pero hicieron preguntas para tratar de entender:

— ¿Quién es?

— Es un compañero del colegio.

— ¿Y?

— Es mi propuesta.

— Aquí nosotros hemos presentado aliados y compañeros; si es aliado necesitamos saber a qué sector representa.

— Es mi propuesta y ya.

— Esto no se trata de cherada ni familia. ¿A quién representa?

— Es mi propuesta.

— ¿Entonces?

— Es mi propuesta.

O no quiso o fue incapaz de expresar las justificaciones políticas básicas para llevar a su viejo compañero de colegio como candidato a concejal. El caso es que en las horas que transcurrieron, Nayib se cerró sobre sí mismo.

Bonilla y Lucio, por su parte, se negaron a aceptarlo porque no entendían cuáles eran los méritos de Anliker aparte de haber sido compañero de Nayib en la Escuela Panamericana.

La dialéctica se petrificó: ni ellos lo aceptaron ni Nayib cejó. Entonces, para no perder más el tiempo, cada uno regresó por el camino que había llegado.

Es muy parecido lo que ocurrió con el nombramiento de la jefatura del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM). El partido presentó como opciones a miembros de la Policía Nacional Civil (PNC) o exagentes municipales como David Rauda.

Pero Nayib ya tenía un nombre: Pedro Víctor Dumas Santamaría, también conocido como Peter Dumas, excandidato a diputado por Gran Alianza por la Unidad (GANA), organización política en cuya fundación se supone que participó el expresidente Elías Antonio Saca.

Para demostrar sus conocimientos y experiencia, según Bonilla, Nayib les mostró en una reunión en la Directiva Departamental una fotografía de Dumas posando con unas armas en Honduras:

— También tiene un curso de manejo de armas.

— ¿Y?

Bonilla, quien por entonces fungía como Secretaria Departamental del FMLN, aseguró que en la Directiva rechazaron el nombramiento de Dumas. «Comenzó otro distanciamiento porque cuando no nos poníamos de acuerdo él no nos respondía el teléfono», agregó.

Sin embargo, cuando perdía la discusión en la Departamental, Nayib tenía otra opción para lograr el apoyo del partido: la Comisión Política, en la que generalmente tenía el respaldo, según las fuentes consultadas, de Medardo González y José Luis Merino.

«Soy madre de adolescentes y a Nayib lo veía como un bicho que, de verdad, eran jodederas las que nos hacía; daban ganas de zamparle un par de cinchazos», recordó Nery Bonilla.

2

«Derrota parcial». Esas fueron las palabras con las que Roberto Lorenzana, entonces uno de los más conocidos estrategas electorales del FMLN, describió —e intentó minimizar— la derrota que Violeta Menjívar, candidata a la reelección como alcaldesa de San Salvador, sufrió en las municipales y legislativas de enero de 2009, ante el exdiputado Norman Noel Quijano González.

El partido, desde inicios de la década del 2000, había ganado las elecciones en la capital, primero con relativa holgura y después con ventajas demasiado estrechas. Desde 1997 fueron cuatro periodos con tres alcaldes sucesivos: Héctor Silva, Carlos Rivas Zamora y Violeta Menjívar.

ARENA, sin embargo, progresivamente había ido ganando más espacio hasta que logró superar a su principal rival.

Fue en 2009, cuando el FMLN llegó por primera vez en su historia a la Presidencia de la República con su aliado Carlos Mauricio Funes Cartagena, que Quijano comenzó a extender su liderazgo en el partido que fundó el 30 de septiembre de 1981 el fallecido militar Roberto d´Aubuisson Arrieta.

Pero el batacazo electoral en el municipio, opacado por el triunfo en las presidenciales de 2009, fue mucho más evidente y estrepitoso en las elecciones de 2012 cuando Quijano venció en las urnas a Schafik Handal Vega. El primero retuvo la alcaldía con 109,470 votos y el segundo se quedó con 56,882 votos.

Es cierto que en las elecciones presidenciales de 2014 el FMLN ganó su segundo periodo presidencial con Salvador Sánchez Cerén, pero en San Salvador sus números seguían con respiración artificial. Entonces, solo entonces, una parte de la otrora poderosa Comisión Política decidió desempolvar antiguas estrategias y proponer a un candidato capaz de atraer tanto a los votantes fieles como a los críticos, los indecisos y al conocido como voto emergente. En cierta forma esto es lo que habían logrado, unos 15 años antes con Héctor Silva, Rivas Zamora o el mismo Mauricio Funes.

Y a alguien se le ocurrió explotar en la capital la popularidad que Nayib Bukele había logrado con su burbuja publicitaria en Nuevo Cuscatlán.

¿Pero a quién?

El 24 de junio de 2021, Medardo González dijo a Revista Factum: «Nuestro error, y yo como secretario general del partido en aquellos tiempos asumo que fue mi error, fue haberlo considerado precandidato y luego candidato a alcalde de San Salvador».

Un mes y 23 días antes, en entrevista con 106.9 Radio, González había rechazado cualquier atisbo de responsabilidad: «Yo de culparme, yo de culparnos a nosotros no, no tengo porqué».

Entre mediados y finales de 2021, Revista Elementos llamó, como mínimo, cuatro veces al teléfono de González y, aunque nunca contestó directamente, sí lo hizo otra persona que en dos ocasiones dijo que trasladaría nuestra solicitud de entrevista. Pero nunca tuvimos respuesta.

Eugenio Chicas, exmiembro de la Comisión Política, reconoció que en ese momento los dirigentes ya tenían claro que Bukele impulsaba su proyecto familiar de acumulación de poder. Sin embargo, decidieron continuar adelante con tal de recuperar el control de la alcaldía.

No obstante, como suele decirse ocupando un lugar común, sabían muy bien que San Salvador es el escaparate más importante para quienes ambicionan convertirse en presidente de la República. «Pesaba mucho la imagen del padre (Armando Bukele) y nos dejamos arrastrar por el electorerismo», agregó Chicas.

Nery Bonilla, secretaria departamental del FMLN, reiteró que fueron «miembros de la Comisión Política» quienes de Nuevo Cuscatlán lo encumbraron a la capital.

«Lo buscaron porque con él ganábamos», explicó.

La Comisión Política encargó a la Directiva Departamental negociar asuntos básicos de la campaña: los nombres de los candidatos a concejal y de las principales gerencias de la alcaldía, así como también la oferta electoral. Después los acuerdos debían ser ratificados o anulados por la Comisión Política.

Fue entonces que comenzaron a conocer el verdadero rostro de quien en 2019 se convertiría en presidente de El Salvador.

«Venimos de la escuela de la guerra y fue difícil tratar con una persona como él», recordó Bonilla.

El primer desencuentro fue la marca: los Hermanos Bukele se negaron a vestirse de rojo. Ellos preferían que en San Salvador el FMLN se vistiera de cian y se colocara la ene en el pecho.

El argumento era que en los dos años anteriores habían logrado posicionar su marca lo suficiente como para extenderla a otros municipios y, además, tenían como principal respaldo los resultados de las encuestas que constantemente realizaban.

«Comenzó una oposición terrible porque no aceptábamos ese color», recordó Bonilla.

Al final el FMLN cedió.

Lo segundo fue el conflicto por los concejales: trataba de imponer a sus amigos, familiares y empleados.

El FMLN le propuso como opciones a Lourdes Palacios, Yeimy Muñoz y Xochitl Marchelli Canales. Nayib rechazó a las dos primeras y aceptó a la tercera.

La discusión volvió a estancarse cuando él propuso al empresario Jaime Hill Argüello. Nuevamente la Directiva hizo la gran pregunta: ¿a qué sector representa? En ese momento se negó a dar justificaciones. Y lo rechazaron.

Sin embargo, el 7 de enero de 2015 lo presentó como candidato a concejal en una conferencia de prensa. Entre otras cosas, Nayib dijo que el país debía recordar «que es lo que sucedió» para evitar repetir «los errores del pasado».

El Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), una de las cinco organizaciones que integraron el FMLN, secuestró a Jaime Hill el 31 de octubre de 1970 y lo liberó el 14 de marzo de 1980.

Con el tiempo los efemelenistas cayeron en la cuenta de que Nayib había propuesto al empresario por ser el padre de su amiga Alexandra Hill Tinoco, ministra de Relaciones Exteriores desde el 1 de junio de 2019.

Al final el FMLN cedió.

Lo tercero fue la oferta electoral: Nayib impulsaba ideas desproporcionadas sin consultar su viabilidad técnica y económica, mientras el partido había acostumbrado a realizar consultas ciudadanas para elaborar su plataforma.

Por ejemplo, cuando Nayib habló del proyecto Una Obra por Día, los dirigentes le preguntaron cómo pretendía cumplir con el escaso presupuesto municipal. Su respuesta fue que lo podía hacer y ya. «Es como que en mi casa yo me ponga a gastar y gastar y no tengo cómo pagar. Eso es Nayib», aseguró Bonilla.

Al final el FMLN cedió.

3

Los activistas llegaron media hora antes al mercado de San Jacinto, como lo había ordenado el comando de campaña. Después apareció Nayib Bukele con Solís, el guardaespaldas que lo cuida desde que era alcalde de Nuevo Cuscatlán.

Empezaron a caminar en manada entre las vendedoras a quienes saludaban, regalaban camisas cian, calendarios y calcomanías. Una de las comerciantes rompió todo el guion que los estrategas habían escrito y regaló al candidato a alcalde de San Salvador un fresco de carao con leche.

Fue un error. Un terrible error.

Quienes lo conocían supieron que algo iba a salir muy mal porque, cuando andaba en las calles, Nayib no podía beber ni comer ningún producto que no estuviera sellado.

Y, para colmo de males, ni Sofía Medina ni Xavier Zablah Bukele estaban cerca para probar, antes que él como era la regla, los alimentos que los admiradores y simpatizantes le regalaban.

«Se lo tuvo que beber para no verse mal en las fotos», contó Andrea —nombre ficticio por petición suya— que fue activista del ahora presidente de la República en las campañas electorales de Nuevo Cuscatlán y San Salvador.

Entre los colaboradores de Nayib corrió el rumor que la bebida le provocó malestar estomacal, porque, transcurridos unos pocos minutos, subió apresurado en su camioneta y se largó sin siquiera decir chao.

El 19 de agosto de 2014, cuatro meses antes de la supuesta ingesta del fresco de carao con leche, el FMLN había oficializado el nombramiento de Bukele como candidato a alcalde de San Salvador.

Medardo González dijo, en una conferencia de prensa brindada en el 1316 —una de las sedes históricas del partido— que el principal mérito de Nayib era que en ese entonces tenía una «posición política e ideológica clara».

También insinuó que los resultados de los estudios de opinión mostraban que los capitalinos lo preferían a él por encima de Vanda Pignato y de Gerson Martínez, en ese momento dos funcionarios que además de experiencia gozaban de la relativa simpatía de una parte de los ciudadanos y de los militantes.

«Puede remontar», indicó el entonces secretario del partido, refiriéndose a la carrera electoral en la que el principal y más difícil adversario a vencer era Norman Quijano.

Al día siguiente, en una entrevista televisiva, Quijano pronunció unas declaraciones sobre la candidatura de Nayib Bukele. «Está muy jovencito y decir que va a bajar las tasas municipales es su primer desliz», comentó.

Los publicistas de Nayib diseñaron una gigantesca campaña en redes sociales con el eslogan-bumerán Vos estás muy jovencito con el que hundieron al que para entonces era el político más destacado de ARENA.

Quijano cometió una imprudencia que le costó su candidatura a la reelección. Meses más tarde fue sustituido por Edwin Zamora. Evidentemente su analfabetismo político lo perdió.

Recordemos un asunto sencillo pero elemental: Nayib Bukele estaba ascendiendo en las escaleras partidarias porque se presentaba como el líder del relevo generacional al que tanto se resistían los partidos, también como el ciudadano más interesado en poner coto a los rezagos ideológicos que tanto daño habían hecho a El Salvador desde la firma de los Acuerdos de Paz en enero de 1992.

En las redes sociales y en las pantallas de los televisores, los salvadoreños veían en Nayib Bukele a un joven empresario honrado, franco, cercano a la gente, muy eficiente en la administración pública, que criticaba a quien fuera, incluyendo a su partido, con tal de defender causas justas.

Foto David Ernesto Pérez
Foto David Ernesto Pérez

La realidad, sin embargo, era distinta.

Lorena Peña, exdiputada del FMLN, contó que un día se reunió con los militantes del partido y con los activistas de los Hermanos Bukele para hacer visita casa por casa en los alrededores del Monumento a la Constitución, popularmente conocido como La Chulona, lo que básicamente consiste en escuchar las demandas de los vecinos, anotarlas y después presentar soluciones en la plataforma electoral.

Cuando ella había terminado una cuadra notó que los colaboradores del candidato ya habían terminado tres. ¿Cómo lo hacen tan rápido? se preguntó. Unas horas más tarde se enteró que solo pasaban tirando las camisetas y las calcomanías. «Era como un derroche de material promocional, pero cero diálogos», describió.

Nery Bonilla recordó que las pocas veces que Nayib participó en mítines llegó tarde. Siempre exigía que su escenario ya estuviera preparado y se marchaba rápidamente. «Así como un artista. Esas cosas no iban con nosotros», agregó.

Karla María —nombre ficticio para ocultar la identidad de una de las personas que desempeñó un cargo en el concejo— contó que los asesores de imagen le pidieron una y otra vez a Nayib que se sacara las manos de las bolsas del pantalón. Pero nunca hizo caso porque «no le gustaba que lo tocaran».

Tampoco confiaba en las estrategias de seguridad del partido. Prefería encargárselas a Carlos Amílcar Marroquín Chicas, un artista aficionado al hiphop convertido al cristianismo, a quien conoció en noviembre de 2014.

Karla María detalló que el 14 de ese mes, Nayib llegó al Centro Urbano Ivu y entró con unas pocas personas al edificio H. Luego de una hora salió «bien contento».

Marroquín, conocido como Sliptone, era residente de la IVU y acordó con el Barrio 18, facción Revolucionarios, la entrada del candidato a la colonia. A cambio, Nayib se comprometió a construir una cancha con el dinero de la venta de la camioneta Toyota Prado —valorada en 115,000 mil dólares— que Quijano compró para su uso en el año 2011, según Karla María.

«Se convirtió en la persona que tenías que buscar para asegurar que el evento estuviera coordinado con las pandillas, con cualquier pandilla», detalló Angélica, exmando medio de la alcaldía de San Salvador en la administración 2015-2018 cuyo nombre también ha sido reservado por petición suya.

Entonces, una vez más, Bukele pudo prescindir del FMLN.

4

La coalición que formaron el FMLN y el Partido Progresista Salvadoreño (PSP) ganó la elección el domingo 1 de marzo de 2015. Nayib Bukele se convirtió en alcalde de San Salvador, pero su triunfo no fue ni apabullante ni espectacular como auguraban los resultados de las encuestas que midieron la intención de voto. Tampoco como pintaban las estrategias propagandísticas instaladas en las redes sociales y en los medios de comunicación tradicionales.

Nayib Bukele, en representación de la alianza FMLN/PSP, obtuvo 89,164 votos. Edwin Zamora, del partido ARENA, se quedó con 83,396. Es decir: una diferencia de 5,768 votos.

Ese año El Salvador celebró sus primeras elecciones para concejos plurales. Aparte del alcalde y el síndico, el FMLN sumó seis regidores propietarios y dos suplentes. ARENA, por su parte, logró seis regidores propietarios y dos suplentes.

Nayib sí superó el número histórico de votos que los efemelenistas habían alcanzado en la capital; quedó, sin embargo, a una distancia de más de 20,000 sufragios de los que Norman Quijano obtuvo como candidato a diputado en las elecciones de 2012.

Los vencedores tomaron posesión de sus cargos el 1 de mayo.

Después de la juramentación, la síndica Ana Xochitl Marchelli Canales pidió el nombramiento de Hassan Ricardo Bukele Martínez como secretario municipal. Los concejales Gerardo José Calderón Aguirre y Edwin Zamora, de ARENA, solicitaron en la reunión del concejo aclarar si no tenía impedimentos por ser primo del alcalde. Ella respondió que no porque había renunciado al salario —ad honorem— y estaba fuera del tercer grado de consanguinidad, como puede verificarse en el acta de la sesión de ese día.

Acta de la sesión de concejo del 1 de mayo de 2015.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Luego Nayib designó a su tío Jorge Miguel Kattán Readi como director de Administración. Alegó que estaba facultado para hacerlo porque el Código Municipal y la Ley de la Carrera Administrativa Municipal daban espacio de discrecionalidad en la selección de los cargos de confianza.

A su hermano Yamil Bukele Pérez le dio la representación legal del Instituto Municipal de los Deportes y Recreación (IMDER).

Después pasó a sus empleados de toda la vida: a Conan Castro, como gerente Legal; a Claudia Juana Rodríguez de Guevara —hermana de Douglas Rodríguez, que entre 2011 y 2012 contrató en TVX como encargado de la contabilidad—, como tesorera municipal; y al regidor suplente Mario Durán Gavidia como vicepresidente y representante legal de la Dirección Municipal para la Gestión Sustentable de Desechos Sólidos.

¿Cómo consiguió Durán acercarse a Nayib y convertirse en uno de sus empleados relevantes? Mario fue amigo de los hijos de dos dirigentes del FMLN en San Salvador y   después viajó indocumentado a Estados Unidos a trabajar en una empresa de limpieza de nieve propiedad de su familia. Ahí se amistó con un grupo de salvadoreños que militaban en las organizaciones que trabajaban por la renovación del Estatus de Protección Temporal (TPS) y por la reforma migratoria integral. Entre los años 2012 y 2013 regresó a El Salvador al enterarse que su entonces novia Tania Meléndez estaba embarazada. Comenzó a trabajar como motorista y mandadero en Alquileres M&M, la empresa de su suegro Saúl Meléndez.

En julio de 2014, Nayib envió camiones de recolección de basura a Mejicanos —financiado por Alba Petróleos según las fuentes consultadas— para paliar la crisis sanitaria durante la administración de Juana Lemus de Pacas y fue entonces que se conocieron: Durán le ofreció sus contactos con los tepesianos y a cambio fue contratado como reportero en TVX. Cuando fue elegido regidor suplente su importancia seguía siendo mínima, pero esto cambió cuando logró pactar gobernabilidad con Rolando Castro.

Volvamos a la sesión del 1 de mayo: lo que ocupó la atención de muchos periodistas y de una gran parte de los medios de comunicación no fueron el nepotismo étnico y la endogamia, sino las nomenclaturas: mientras fue alcalde Quijano cambió el nombre de la calle San Antonio Abad por Mayor Roberto d´Aubuisson Arrieta y el bulevar Venezuela por José Arturo Castellanos. Los entonces nuevos concejales revocaron eso.

En la discusión, Gerardo Calderón dijo que como católico estaba de acuerdo, pero pidió buscar otra calle para nombrarla Mayor Roberto d´Aubuisson Arrieta en honor al fundador de su partido, como puede verificarse en el acta de la sesión a la que se tuvo acceso a través de una solicitud de información.

Al día siguiente, Nayib nombró a sus amigos Álvaro Ernesto O´Byrne Cevallos y Fernando Andrés López Larreynaga como gerentes de Desarrollo Humano y de Catastro, respectivamente.

A Mario José Ricardo Rodríguez Fuentes, uno de sus empleados de confianza que fungió como directivo de OBERMET, la empresa de publicidad que compró Armando Bukele y heredó a sus hijos para administrarla, lo designó como registrador municipal de la Carrera Administrativa Municipal.

Federico Gerardo Anliker López y Rogelio Eduardo Rivas Polanco recibieron algo más: para ellos ordenó a la administración descongelar dos plazas de asesores del despacho con un salario base de 2,100 dólares.

Acta de la sesión del concejo del 2 de mayo de 2015

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo y en qué materias lo asesoraron? Ese es uno de los grandes misterios de este y varios universos más. En los archivos de la alcaldía no existe ni una sola prueba que confirme que esas asesorías existieron, según el proceso de acceso a la información referencia 157-UAIP-18.

Lo que sí hay es constancia de los salarios, las bonificaciones, los aguinaldos y las canastas que cobraron. Veamos. Por ejemplo: entre mayo de 2015 y abril de 2018, Federico Anliker cobró 78,275 dólares entre salarios, bonificaciones, aguinaldos y canastas.

Sin embargo, en los 36 meses siguientes Anliker solo fue mencionado cinco veces en el concejo. Primero en las sesiones ordinarias del 20 de mayo de 2015 y la del 20 de abril de 2016; luego en las extraordinarias del 9 de septiembre de 2015; después en las del 11 y 30 de octubre de 2017. En la segunda sesión, por ejemplo, fue designado en misión oficial para participar en el XI Encuentro de Directores Relaciones Internacionales, Coordinadores y Coordinadoras de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas, realizado en Panamá. El viaje incluyó pago de boletos aéreos, transporte interno, alimentación y alojamiento; o, en las últimas fue nombrado jefe interino de la Delegación Distrital III y después secretario de la Junta Directiva del Centro de Formación Laboral, cargo que desempeñó hasta noviembre cuando lo sustituyó Gregorio Fernando Espino Pineda.

En la sesión del 3 de junio, el regidor Germán Alejandro Muñoz Herrera propuso autorizar la creación de una caja chica con 1,000 dólares para la Unidad de Parques, Plazas y Zonas Verdes. Pidió, además, nombrar a Rolando Castro como coordinador general de la Unidad.

Los concejales Marchelli Canales, Fabio Castillo, Castaneda Orantes, Sibrián y Briones de Zamora se opusieron. La primera alegó que Castro «ha tenido denuncias penales». El segundo dijo que ya era el encargado del Distrito Uno. El cuarto señaló que «genera anticuerpos» y en su lugar aconsejó nombrar al ecotecnólogo Carlos Vargas.

Rolando Castro y German Muñoz fueron denunciados el 17 de julio de 2020 por supuestamente ser los cerebros detrás de una red de plazas fantasmas y cobros de horas extras no devengadas en la alcaldía.

En el informe Auditoría de gestión a la Dirección Municipal para la Gestión Sustentable de Desechos Sólidos de la municipalidad de San Salvador, los auditores encontraron la siguiente irregularidad: la Dirección benefició con aumentos salariales, de entre 400 a 500 dólares, a empleados que contrató en su planilla pero que inmediatamente fueron asignados a la Unidad de Parques, Plazas y Zonas Verdes.

Por ejemplo, tres empleados fueron contratados el 13 de julio de 2015 y ese mismo día fueron trasladados a la Unidad de Parques, es decir, pasaron a ser subordinados de Rolando Castro. Esas tres personas tenían ocho meses de antigüedad en la alcaldía. Y los aumentos salariales fueron aprobados y otorgados por petición de Rolando Castro, como puede verificarse en el acuerdo de junta directiva número 7.1 b, contenido en el acta 7/2016 del 8 de marzo de 2016.

«No presentaron evidencia del trabajo realizado por éstos y no se conocen los criterios utilizados para la asignación de los montos», puede leerse en el informe de auditoría.

Regresemos a la distribución de los cargos: la mayoría de esos nombres, sin embargo, los nombró Nayib Bukele por decisión propia porque con el FMLN había acordado nombrar en algunas jefaturas a Óscar Canjura, Juan Rosa, Victoria Ramírez, Jesús Ávalos, entre otras personas.

Karla María recordó que los concejales del FMLN llamaron a Medardo González para quejarse de los nombramientos de familiares que el entonces nuevo alcalde estaba haciendo. «En ese momento amenazó con romper con el partido si no lo apoyábamos», explicó.

«Nomás llegó a la alcaldía montó su oficina paralela (…) concentró decisiones, dinero, poder y fue visible la ruptura de la institucionalidad», describió Angélica.

El 24 de junio, a petición de Bukele, el concejo autorizó el arrendamiento de la casa número 5575, ubicada en la 105 Avenida Norte y calle José Cecilio del Valle, colonia Escalón, propiedad de Beatriz Eugenia Marroquín Lara de Quiñonez, a un precio de 3,888.88 dólares mensuales, para las oficinas de la Unidad de Convivencia, Mediación y Seguridad Ciudadana, como puede verificarse en el libro de sesiones extraordinarias número cuatro.

La mayoría de los concejales votaron a favor. Los únicos que se abstuvieron fueron Mélida Luz Fonseca de Suadi, Gloria Angélica Figueroa de Rosa, Christian Óscar Orlando Aparicio Escalante y Ana María Redaelli Argueta, de ARENA.

El contrato terminaba en diciembre de 2015, pero los concejales aceptaron prorrogarlo primero por un año más y después para toda la gestión, entre junio de 2015 a abril de 2018, según el acuerdo municipal número 13, tomado en sesión extraordinaria el 20 de diciembre de 2016

En diciembre de 2017, la propietaria aumentó el costo a 4,083.32 dólares mensuales. Los pagos de los recibos de la energía eléctrica, agua potable, telecomunicaciones, impuestos y tasas municipales corrían por cuenta de la alcaldía. Todo era cancelado con dinero de los ingresos ordinarios municipales y con FODES.

Marroquín Lara de Quiñonez es esposa de Rodrigo Quiñonez Caminos. Éste es hijo de Rafael Alfonso Quiñonez Meza y Clara Quiñonez de Caminos.

Marroquín Lara de Quiñonez y Rodrigo Quiñonez Caminos son familiares de Celina Quiñonez viuda de Montoya, tía política de Francisco Alabí Montoya, en la actualidad ministro de Salud.

En los 36 meses la alcaldía pagó 126,034.78 dólares de arrendamiento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La propiedad, sin embargo, no la ocupó Unidad de Convivencia, sino que Bukele la convirtió en su despacho al que solo podían llegar su familia, algunos concejales y unos pocos empleados.

Para actividades públicas, como conferencias de prensa, convocaba en la casa que Armando Bukele heredó a Olga Ortez de Bukele, ubicada en la calle Batres Montufar y pasaje número 2, Colonia Campestre.

Bukele se negó a ocupar, como sus antecesores, la oficina asignada al alcalde porque, según Karla María, alegaba tres motivos: decía que le daba asco pasar por las calles llenas de basura en el Centro de San Salvador, aseguraba que el edificio principal de la alcaldía ubicado sobre la alameda Juan Pablo II estaba lleno de polillas, y finalmente quería evitar a toda costa el tener que recibir personalmente a los capitalinos que llegaran a pedir audiencia, como suele ocurrir en este tipo de cargos.

«La gente lo buscaba y lo tocaba y a él no le gusta que lo toquen», explicó Karla María.

También rechazó el ofrecimiento que hicieron algunos concejales de construir para él una nueva oficina en los alrededores del Mercado Cuscatlán porque temía convertirse en el blanco fijo de las críticas.

INTRODUCCIÓN: Nayib no existía sin el primer Simán

CAPÍTULO I

PRIMERA PARTE: Alá y la unción de Nayib

SEGUNDA PARTE: Cómo los Bukele se hicieron millonarios

CAPÍTULO II

PRIMERA PARTE: Nayib, un pastor evangélico y una historia de traiciones

SEGUNDA PARTE: Aquí comenzaron los delirios faraónicos de los Hermanos Bukele

     
David Ernesto Pérez
Luis Canizalez

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